martes, marzo 25, 2008

“El patrioterismo es antiético”


Un buen motivo para regresar.
Tras una pausa obligada, retomamos este espacio de análisis y reflexión sobre el oficio de comunicar, y lo hacemos con una entrevista del periodista y escritor ecuatoriano Rubén Darío Buitrón al también periodista y escritor, colombiano, Javier Darío Restrepo.
Una entrevista, publicada en diario Expreso, muy oportuna en la coyuntura informativa de estos días: el conflicto diplomático Ecuador - Colombia y el verdadero papel de la prensa seria.
Cualquier comentario adicional está por demás.*


Javier Darío Restrepo: “El patrioterismo es antiético”
Rubén Darío Buitrón

¿Cómo hacer un periodismo que contribuya a la paz y no eche leña al fuego del conflicto? En la reciente crisis entre Ecuador y Colombia, medios de ese país se alinearon con la tesis de ahondar ese conflicto...
Cuando hay guerra o conflictos en la frontera hay confusión. En esos momentos es cuando necesitas hacer el mejor periodismo. El periodista tiene que contribuir a desvirtuar la confusión con claridad y sobre todo honestidad en la información. Si hay una información clara y honesta contribuyes a la paz. Esa es la gran deuda de los periodistas y los medios cuando abordan los conflictos.

La verdad por encima de cualquier cosa, incluso del interés de un Gobierno o un Estado...
Los países en conflicto requieren la verdad de lo que está sucediendo, por encima de cualquier otra cosa y cualquier otro interés. Hay un segundo elemento importante: cuando se producen esas crisis la opinión pública tiende a radicalizarse y el nacionalismo se vuelve una enfermedad muy peligrosa porque distancia posiciones y no ayuda al diálogo ni a la paz. Los medios que contribuyen al nacionalismo o al patrioterismo hacen un trabajo antiético.

¿Patrioterismo periodístico que no mide consecuencias ni es leal con la verdad?
El nacionalismo enfermizo y ciego solo ha traído desastres. Pero el principal desastre es que impide que la gente piense inteligentemente y la lleva a pensar únicamente con los sentidos, juega con su sensibilidad y nubla su inteligencia. En épocas como esta se requiere que el periodista, aunque ame su país, su tierra y su gente, vaya más allá de sus sentimientos y sienta la necesidad de contar a la población lo que esta necesita saber para entender mejor el problema y no para agravarlo o crear enemigos falsos.

¿El periodista debe alinearse con una tesis de Estado?
Jamás. El periodista no debe alinearse ni con gobiernos ni con naciones. Debe alinearse con la población y con el objetivo de prestar el mejor servicio a toda esa población. Es un objetivo y una ética que siempre debemos manejar, pero mucho más cuando se produce una crisis.

En la aclaración que hizo diario El Tiempo de Bogotá, al día siguiente del error con la fotografía donde supuestamente aparecía el ministro ecuatoriano Gustavo Larrea y el guerrillero Raúl Reyes, pidió disculpas por el error pero en uno de los párrafos dice: “esto perjudica a la causa del Estado colombiano”. ¿El medio de comunicación tiene que alinearse con causas?
No le corresponde a un medio alinearse con causas por más nacionales o del Estado que fuesen, puesto que se está informando para que la gente tenga una mayor claridad, y sobre todo para defender la paz entre las naciones. El periodista tiene que dar una información que sea a la vez rigurosamente exacta pero que sea también creíble.

Un error de este tamaño más bien contribuye a la pérdida de credibilidad de la sociedad en la prensa...
Cuando el periodista de cualquier país distorsiona la verdad, ya sea por prisa, negligencia o falta de una metodología de investigación, está en primer lugar contribuyendo a que lo que se dice en su país no se crea. El Tiempo estaba publicando una foto proporcionada por la Policía Nacional. Pero hubiera hecho un gran beneficio a la sociedad y a los dos países si previamente verificaba. Si se tomaba el espacio para la comprobación hubiera concluido que era una fotografía que no había sido analizada suficientemente, por tanto no debía publicarla. El alinearse de una manera irracional con un gobierno o una nación lleva a cometer graves errores técnicos y periodísticos que al final terminan perjudicando a la compresión de los hechos y a la reconstrucción de la paz.

El caso de la fotografía no es el único, entonces...
En Colombia los medios se apresuraron a publicar todo lo que decían de los computadores que supuestamente encontraron en el campamento de Reyes cuando todavía el material de esos computadores no había sido analizado técnicamente. Eso ya puso en tela de juicio la exactitud del material periodístico. El error, desde luego, lo había cometido la Policía. Cómo es posible que el director de la Policía apareciera dando datos de esos computadores sin entregar el examen previo a una misión técnica, como se hizo después.

Ahí el problema es que, por alinearse con la causa, le crees a la fuente oficial sin contrastar ni analizar...
Claro. Tomaron la información del director de la Policía como si fuera una información con técnica forense y hubiera sido confirmada, pero no se había hecho. Con todo eso se ha ocasionado un gran daño en la opinión y se ha perjudicado gravemente la credibilidad de los medios.

Ahora, Javier Darío, hablemos del problema que el director de El Tiempo, Enrique Santos, admitió en una entrevista con Radio Caracol al día siguiente del error: la relación entre poder y prensa. Como sabemos, en el caso de El Tiempo es mucho más grave, ya que el director es el señor Santos, el vicepresidente de la República es otro Santos y el Ministro de Defensa es Santos también. ¿Cómo perjudica a la credibilidad del periodismo en general, no solo de El Tiempo, esa relación demasiado estrecha entre poder político y medios?
Hay una norma que los códigos de ética están repitiendo constantemente y es la necesidad de que el periodismo tome claras distancias con el poder. No está obrando correctamente un periodista que estuviera apoyando a cualquier poder, sea gubernamental, político, económico, religioso, lo que sea, porque el papel del periodista es ser crítico del poder, pero para que pueda ser crítico debe poner distancia tanto entre la versión oficial como entre la oposición cerrada. No cabe en un buen periodismo que se oponga a ciegas ni que acepte cualquier versión porque se trata de una tesis oficial. Solo siendo independiente puedes estar en capacidad de ejercer una crítica del poder.

La independencia es un concepto muy importante. En Ecuador se nos ha criticado a algunos medios porque hemos investigado ciertas anomalías dentro del Ejército, por ejemplo bandas de sargentos y cabos que presuntamente vendían armas a grupos irregulares o la mala situación de las tropas ecuatorianas en la frontera norte. Alguien ha dicho que no es “patriota” publicar esas cosas justo cuando hay un conflicto.
Esa misma situación se presenta aquí en Colombia. Es la tendencia de los gobiernos a envolverse en la bandera patria, y resulta que la bandera patria está encima de gobernar democráticamente. El periodista comete un error al creer que tal gobernante es la Patria o que tal institución es la Patria. Hay un gran error en esos conceptos. El gran beneficio para la Patria es que existan ojos vigilantes que señalen los errores, las faltas que cometen contra los intereses de la Patria, y en ese sentido el periodista cumple una función que es irremplazable, porque generalmente todas las personas tienen intereses que de alguna manera los limitan a la hora de hacer crítica. Insisto que el periodista debe ejercer esa crítica de una manera independiente, incluso de sus afectos personales.

Muchos dirán que es una utopía este planteamiento...
Sé que suena a utopía, pero justamente esa es la utopía que hay que tener en mente para apuntar a algo grande e importante a la hora del quehacer, de ejercer en la práctica las virtudes ideales del periodismo. Esta virtud de la independencia lleva al periodista por encima de cualquier discusión, de cualquier persona, de cualquier poder y, en el caso de que haga un trabajo ético, ahora sí al servicio de la Patria.

¿Existe el concepto de “periodismo patriótico”? ¿ Qué es ser un periodista que ama la Patria?
Yo creo que el conflicto con el periodismo aparece cuando la Patria está vinculada a intereses personales o de grandes poderes económicos. La noción de patria, etimológicamente, es “la tierra de los padres”, por tanto está hecha de elementos que a veces son afectivos pero que son, sobre todo, la cultura y la historia de una sociedad. Pero esa cultura e historia de la sociedad no se detienen únicamente en lo que son unas instituciones o personas con poder.

Si durante un conflicto diplomático como el de Colombia y Ecuador el periodista revela cosas internas del país, ¿atenta contra la seguridad o la soberanía nacional, o está cumpliendo su deber?
Depende de la naturaleza de lo que revele. Si son casos que comprometen la seguridad nacional obviamente está atentando contra el interés público, pero si son datos que contribuyen a un nuevo conocimiento de la situación y por consiguiente a fortalecer la capacidad de la sociedad para tomar una decisión inteligente y firme, son datos que están contribuyendo al interés público.

¿Y si el periodista sabe cosas reservadas, debe informarlas?
Es otra pregunta esencial. ¿Hasta dónde va el secreto que el periodista debe observar sobre asuntos que se entera cuando está haciendo su trabajo? Hay cosas que un periodista sabe que no se deben informar si comprometen a la seguridad pública o la seguridad de las personas.

En tus talleres muchas veces hemos hablado de que el único compromiso del periodista es con el bien común. En el caso de un conflicto entre dos países, entendemos que el bien común es la paz, no la guerra...
El bien común es una frase bastante compleja, sin embargo, es lo que guía al periodista y hay que tener en cuenta que la gran clave para decidir qué es lo que más sirve al público y a quién está favoreciendo o perjudicando con lo que informa. El periodista hace mal su trabajo si tiene confusión sobre cuál es el amo al que sirve: a veces piensa que el amo es el periódico, o el director del medio, o el anunciante, o el gobierno. Si cree eso estará haciendo un periodismo mediocre y peligroso.... La mayor calidad periodística se produce cuando se la orienta en la búsqueda del interés público. Y claro que el interés público es la paz, jamás la guerra.

¿Hay un lenguaje específico que debemos usar los periodistas para generar un ambiente de paz y no consolidar la beligerancia?
Más que lenguaje te diría que debemos reportear, investigar, acercarnos al “otro lado”, por llamarlo así. Todo cuanto contribuya a un mejor conocimiento de los otros, de los que supuestamente son nuestros adversarios, será importante para romper prejuicios y acercarnos.

Pero si lo hacen desde la subjetividad y las emociones, no ganaríamos mucho...
No hay que olvidar que tanto la paz como la guerra comienzan en la mente de las personas y el periodista es el único que tiene el privilegio de entrar a la mente de las personas todos los días. De modo que él es el responsable de los sentimientos y las opiniones que construyen las personas a través de la información.

¿Qué debemos aprender los periodistas y los medios del error cometido por el diario El Tiempo cuando dice que confió en una fuente oficial que supuestamente era seria y que la publicó justamente el día que la OEA se reunía en busca de un acuerdo?
Aquí hay algo que no está dicho allí pero vale la pena subrayar: el periodista a medida que avanza en experiencia aprende que toda fuente miente, así sea la fuente más alta. Aquí el periodista del diario El Tiempo pareció creerle a la Policía pero resulta que de la Policía hay que desconfiar cuando informa, sobre todo cuando informa en situaciones críticas. Además hay que tener muy claro que toda información debe ser investigada siempre...

Antes de publicarla...
Particularmente cuando hay crisis hay que desconfiar de todo, en especial de la prisa. Fíjate que eso apareció en la aclaración del periódico: “nos traicionó la prisa con que usualmente se da asunto a una información”.

¿Considera usted que hay una campaña mediática de la prensa colombiana?
Es muy difícil emitir un juicio acerca de campañas mediáticas intencionadas. Habrá que esperar que pase la crisis y hacer una investigación seria. Puede ser que exista eso. Hay apariencias de eso pero tendríamos que confirmarlo.

¿Cómo podemos contribuir los periodistas ecuatorianos y colombianos, desde nuestro ejercicio diario, a reconstruir las fraternas relaciones entre los dos pueblos?
Hace una década hubo de ustedes mismos una experiencia muy importante que yo creo que debiéramos recoger nuevamente. Fue un encuentro que se hizo entre periodistas ecuatorianos y peruanos en aquel conflicto limítrofe de 1995. Esos periodistas se reunieron y surgieron una reflexiones ejemplares en el sentido de llegar a la conclusión de lo que nosotros como periodistas podemos hacer para contribuir a la armonía de nuestras relaciones.

Pero siempre sobre la base de los hechos y de la búsqueda de la verdad, porque de lo contrario se vuelve un gesto frágil que fácilmente se disuelve en el transcurso del tiempo...
Lo único que al final debe primar para volver a entendernos es el diálogo, pero un diálogo basada en la sinceridad, en la credibilidad y el conocimiento de la verdad. La verdad completa e independiente, y sobre todo una verdad que sea entregada como respuesta a la responsabilidad que tenemos con nuestras sociedades. Generalmente los conflictos bélicos, fronterizos y diplomáticos están basados en mentiras y eso ahonda las crisis.

Es decir, la verdad lleva a la paz. No hay otra fórmula...
No la hay. Todo lo que está basado sobre una mentira o sobre una estrategia oculta nunca contribuirá al entendimiento. En cambio la paz siempre estará fundada en la justicia y en la verdad.

Y eso es lo esencial para nuestro trabajo...
Si el periodista da ese aporte de verdad y de justicia está dando lo mejor para buscar la paz. Nuestro único compromiso es con la verdad y con la paz.



Ficha
Nombre: Javier Darío Restrepo.
¿Quién es?: Periodista colombiano, experto en ética periodística, catedrático y conferencista, con 49 años en prensa escrita y 25 en televisión.
Trayectoria: Fue miembro fundador de la Comisión de Ética del Círculo de Periodistas de Bogotá y del Instituto de Estudios sobre Comunicación y Cultura. Laboró como columnista de los periódicos El Colombiano y El Espectador. En el primero y en El Tiempo fue Defensor del Lector.

*La caricatura fue tomada de El Universo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mis saludos. Si no he leído mal, Javier Darío Restrepo en la página de la Fundación del NUevo Periodismo, al preguntársele sobre la primacía entre el interés del diario o del país, en el caso de una confrontación dice claramente que hay que ir por el interés del país. Pero su nota, señor Tello, dice exactamente lo contrario.