Miércoles 7 de octubre; 13:50. Llego a la Universidad de Cuenca y escucho dos disparos. Corro a la orilla del río Tomebamba y miro la siguiente escena: tres policías en las dos orillas, y un hombre sumergido hasta el cuello. Uno de los policías tiene un arma en la mano.
Inmediatamente se me ocurrió que podíamos hacer un ejercicio de cobertura con los pocos estudiantes que a esa hora se acercaban a mirar el suceso. En el aula de clases, y en los pasillos, estas eran las versiones:
Versión A: "Era un borracho al que seguía un policía; había asaltado a unos señores y huía cuando pidieron auxilio. Los policías no querían mojarse por eso no entraron al río".
Versión B: "El señor había asaltado a una persona y bajaba corriendo; cuando le vieron los policías le siguieron. En la mano tenía un cuchillo con el que intimidaba a las personas; se lanzó al río y los policías pidieron refuerzos para sacarlo. Lo detuvieron y se lo llevaron en una camioneta”.
Versión C: “Los policías seguían a un asaltante que para evadirlos se lanzó al río. En la mano llevaba un cuchillo llenito de sangre; en el operativo lo capturaron”.
Lo que yo averigüé: “Un sospechoso de ser asaltante aprovechó la luz roja de un semáforo y abordó un taxi a cuyo conductor intimidó con un cuchillo. En el asiento posterior del taxi viajaba un Policía que reaccionó e intentó agarrar al agresor. Corrieron cien metros y el agresor se lanzó al río –hasta aquí declaración tomada al taxista- Segundos antes de que se lance al agua el policía disparó dos veces al aire. El sospechoso se sumergió hasta el cuello para deshacerse del arma; durante una hora lanzó piedras a los agentes que socorrieron al policía que disparó. Finalmente se entregó mientras lanzaba gritos de que lo querían matar; lo llevaron en una camioneta policial” –esta segunda parte la presencié.
A estas alturas ya dudo hasta de mi versión. Esperaré para ver qué informa mañana la prensa, antes de exponer mi conclusión.
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