lunes, noviembre 30, 2009

El patrimonio en las fotos de Vicente Tello


Fue domingo, día de fútbol. No había otro motivo para -a mediados de la década de los años 60- “bajar” al sector del estadio. No recuerda quiénes se enfrentaron ni el resultado final. Solo que antes y después del partido el Restaurante de Mama Guada, en las avenidas Doce de Abril y Solano, estaba repleto de hinchas que buscaban una porción de caldo de patas, “el mejor del territorio nacional”.

Fue una acción instintiva: subió las escalinatas, tomó un descanso; sacó su cámara, enfocó esa enorme casa de dos pisos y seis balcones frente a la orilla derecha del río Tomembamba, y captó la escena que hoy, cuarenta años después, es un hito del patrimonio que no fue, que se perdió para siempre, que está en la memoria de una generación de la que quedan pocos.

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La Fiscalía “recoje” versiones


Por Marco Tello
Desde luego, el error ortográfico no corresponde al título de este comentario, sino que reproduce el encabezamiento de la noticia que traía un diario de circulación nacional este mes de noviembre. Si el error en un medio de comunicación acreditado por su rigor pasó inadvertido al apurado redactor y al corrector de pruebas, es probable que también lo haya pasado así a los apresurados lectores, puesto que el ojo tiende a captar en una sola fijación la masa de letras en negrita que preside las informaciones dispuestas en una sola columna.

Es natural que dudemos entre la g y la j en el momento de escribir algunas palabras exigidas de pronto por el contexto de una información. Confiados a nuestra experiencia, es frecuente que no tengamos el cuidado de acudir humildemente al diccionario. Pero ya que las palabras vuelan y sólo la escritura permanece, según aseguraban los latinos, resulta siempre provechoso, al poner por escrito las ideas, pulsar una que otra norma ortográfica grabada en el disco duro del cerebro.

Tienen mucha razón quienes afirman que la complicada ortografía del español no se aprende con reglas, sino mediante la atenta lectura y la escritura constante; pero también es verdad que no es fácil dominarla sin ellas, sobre todo cuando se trata de un mismo sonido para el cual disponemos, en la escritura, de letras diferentes. El error que comentamos obedece posiblemente a que en el cerebro del periodista resonaba la palabra “recoge” con el mismo sonido de enoje, moje, arroje, desaloje, etc. La duda se hubiera disipado con recordar una regla de oro que antes se enseñaba en las escuelas y ahora se la repite casi en vano en colegios y universidades, según la cual los verbos terminados en “ger” (excepto tejer y sus compuestos) se escriben con j, salvo si el sonido precede a las vocales “o”, “a”; así: recogía, recogiera, recogería, recoge, recojo, recoja. Los otros verbos enunciados en la serie de ejemplos no terminan en “ger” sino en “jar” (enojar, mojar, arrojar, desalojar).

Por pereza o por desmedida confianza en los recursos informáticos, solemos restarles valor a ciertas normas aplicables con facilidad cuando se nos presentan dudas en el acto de escribir. Tan provechoso como ayer, resultaría volver hoy a los ejercicios escolares para evitar errores que pueden convertirse en horrores.

Artìculo publicado en EL TIEMPO

viernes, noviembre 27, 2009

Examen

1.- Redacte una entrada de 200 palabras sobre el tema de las marchas contra la nueva ley de comunicación que se entregó en la Asamblea Nacional; utilice recursos multimedia.

2.- En un buscador identifique el tema “Radios en la red toman fuerza”. (El Universo, 17 / IX / 2009) Elabore una entrada multimedia de extensión libre.

3.- Las direcciones de las dos entradas las debe enviar al correo teo_tello@hotmail.com con los siguientes datos:

Nombre
Ciclo
Mención


Se considerarán solamente los trabajos enviados entre las 18:45 y las 19:00.

jueves, noviembre 26, 2009

Vicentello y el patrimonio que no fue



Un fino polvillo es el primero en darnos la bienvenida. Está acompañado del olor de las fotografías conseguidas artesanalmente con el procedimiento químico del metol, el sulfito, la hidroquinona. Olor al que estábamos acostumbrados cuando ayudábamos a nuestro padre a procesar los formatos mayores, porque un par de manos era insuficiente en el pequeño laboratorio artesanal que aún subsiste al paso del tiempo y al embate tecnológico.

Una a una, de las cajas con el sello Agfa, extraemos viejas fotografías en blanco y negro y seleccionamos las mejores, las que recogen el testimonio arquitectónico de la Cuenca Colonial, de la ciudad Republicana, de los espacios que estarán ausentes el 1 de diciembre, cuando los cuencanos celebren diez años de la declaratoria de la urbe como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por parte de la Unesco.

Y una sensación de angustia nos invade cuando descubrimos los testimonios de lo que fue la Atenas del Ecuador en las décadas del 60, 70 y 80. Angustia al observar cómo una cuadrilla de trabajadores derruye, adobe tras adobe, el primer edificio de la Gobernación, inicialmente diseñado por el arquitecto y sacerdote alemán Juan Stiehle, el mismo que concibió los planos de la Catedral Nueva y construyó puentes y varias de las 602 estructuras inventariadas por el Municipio por su valor arquitectónico, tras la declaratoria de la Unesco.



Y la angustia se transforma en impotencia al descubrir que donde hoy están los edificios multifamiliares del IESS, en la plataforma baja sobre la que se asienta la ciudad moderna, había una enorme casa de dos pisos, construcción de tierra y bahareque, y cubierta de teja, con seis balcones hacia la orilla derecha del río Tomebamba, que al momento de apretar el obturador quedó inmortalizado con un generoso caudal de aguas cristalinas. Y la impotencia se vuelve resignación al ver los huertos del monasterio de El Carmen de la Asunción, fundado en 1682, que ocupaban toda una manzana, aislados del mundo exterior por unas elevadas y gruesas paredes de más de un metro de espesor. Huertos que fueron desplazados por hoteles, tiendas comerciales, notarías y oficinas de abogados, en pleno corazón del centro histórico, junto a la tradicional Plaza de las Flores.

Todas estas fotografías integran una colección particular de Vicente Tello Tapia, Vicentello, fotoperiodista de amplia trayectoria en Cuenca y poseedor de uno de los muchos testimonios gráficos sobre la riqueza arquitectónica de una ciudad que guarda la traza española con la que fue fundada el 12 de abril de 1557, y que le valió el título de la Unesco.

Lo que queda de relevante en la tierra de los cuatro ríos se debe en gran parte a la gestión del movimiento Acción Cívica, vinculado en la década de 1960 a la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Cuenca, que se enfrentó a los intereses de grupos que no entendían la importancia del patrimonio edificado, y que confundieron desarrollo con desarrollismo.

El próximo mes, los ciudadanos se vestirán de gala para recibir la primera década de la declaratoria. Definitivamente en la agenda falta un espacio de autorreflexión de los organismos responsables de mantener la memoria histórica urbanística.

Artìculo publicado en El Universo

lunes, noviembre 23, 2009

ITV, la gran ganadora

¿Cuándo lograron consolidarse los premios "Artes y Ciencias de la Comunicación" ITV, de Guayaquil, como un referente de lo que se debe y no hacer en radio y televisión?

Lo digo por el eco que está alcanzando este evento en los medios escritos –que resuene en los audiovisuales es entendible, pues allí están los “premiados”- sin reparar en detalles como la poca rigurosidad de los parámetros para “definir a los mejores”; la independencia de la entidad nominadora: un instituto privado que “forma” a presentadores de radio y televisión; la transparencia de la selección…

Espacios acríticos (aunque también los hay críticos) que están confirmando a los premio ITV como un referente. Vuelvo al planteamiento del inicio porque creo que es un tema realmente preocupante, más allá de que a las premiaciones vayan personalidades como Alfonso Espinoza de los Monteros o Teresa Arboleda –el ego por delante, claro-. Es preocupante que los estudiantes de periodismo tomen a los premios ITV como el norte que hay que seguir.

Al parecer los ITV, en principio, llenan una especie de vacío existente en “Guayami”, mezcla de Guayaquil y Miami con la que se encantan muchos habitantes del Puerto Principal, y necesario para la estirpe farandulera. “Alfombra roja” de por medio para complacer a los programas ligth, los premios ITV manejan una extraordinaria maquinaria y estrategia para llegar y posicionarse en la opinión pública, y sin mayor esfuerzo aunque con mucho dinero.

Si no me equivoco, van como siete ediciones del evento. Y ya hay quien los imita: otros institutos privados que descubrieron que al final de la noche de gala, y con un poco de inversión en las estatuillas, ellos serán los ganadores. Solo deben satisfacer el ego de los que están detrás de los micrófonos y el resto viene solo.
Pero mejor comparto con ustedes un poco de lo que hace el ITV, la entidad nominadora y premiadora…



Perdón si después de esto ustedes también se quedan con insomnio…

viernes, noviembre 20, 2009

Examen de Comunicación digital en los medios

1.- Redacte una entrada de 200 palabras sobre el tema de las marchas contra la nueva ley de comunicación que se entregó en la Asamblea Nacional; utilice recursos multimedia.

2.- En un buscador identifique el tema “Radios en la red toman fuerza”. (El Universo, 17 / IX / 2009) Elabore una entrada multimedia de extensión libre.

3.- Las direcciones de las dos entradas las debe enviar al correo teo_tello@hotmail.com con los siguientes datos:

Nombre
Ciclo
Mención


Se considerarán solamente los trabajos enviados entre las 18:45 y las 19:00.

Mis baños en tres minutos


Lo estoy ensayando. En serio que lo estoy ensayando. Luego de ver al termómetro marcar 29 grados centígrados al mediodía de la otrora helada Cuenca, de batallar con los cortes de agua y los racionamientos de energía eléctrica, de soportar lluvias de ceniza por las más de mil hectáreas quemadas en las últimas tres semanas en el entorno rural de la capital azuaya, debemos despolitizar el tema y ser más sensatos con el medio ambiente. Eso incluye baños de tres minutos.

La tarde del martes, a 3.500 metros sobre el nivel del mar, trataba de entender las motivaciones sociológicas que llevan a edificar una imagen católica de 30 metros de altura sobre un cerro casi inaccesible y sagrado para la cultura Cañari: el Abuga. “Como parte del Cuerpo de Bomberos he venido a pedir que paren los incendios forestales, nosotros ya no podemos más”, me dice Marco Pérez, voluntario derrotado por la inclemencia de los incendios. Y su “milagro” fue atendido de inmediato: en el horizonte relámpagos anunciaban la llegada de un intenso aguacero que, por nuestra posición, vimos cómo minutos después ahogaba paulatinamente fuego y humo.

Obviamente se trataba de una coincidencia, pues así como debemos despolitizar el tema, no debemos pensar que la solución a nuestros problemas ambientales pasa por lo religioso. Hay indicadores concretos de lo que estamos haciendo con el futuro del planeta.

Diariamente llegan al Azuay, desde la Terminal de Pascuales, 100 tanqueros con mil galones de capacidad cada uno, para proveer de combustible extra, súper, diésel y diésel prémium a los centenares de miles de automóviles –solo en Cuenca 80 mil– que actualmente circulan por sus calles y avenidas.

Los congestionamientos ya no están en determinadas intersecciones del centro histórico; están en todas las vías principales y secundarias, accesos, redondeles…

¿Y qué ocurre en las más grandes urbes del país, como Quito y Guayaquil, donde viven más de cuatro millones de personas?

Utilizar más transporte público alivianaría la carga de CO2 que diariamente lanzamos a la atmósfera, y que es parte del ciclo que provoca el calentamiento global, el desplazamiento de nubes, la ausencia de lluvias, los racionamientos eléctricos, la deforestación…

Proporcionalmente nada que envidiar a Brasil, donde está la mayor reserva mundial de la biósfera, pero donde en 8 años se quemaron 2,4 millones de hectáreas de bosques.

Solamente por el cambio de uso del suelo, con quemas provocadas de bosques, se lanzan emisiones de carbono a la atmósfera por 1.700 millones de toneladas; según estudios del Centro Internacional de Investigación Forestal, esta cifra equivale apenas al 20% de las emisiones globales de carbono; una cantidad similar corresponde a las emisiones del sector del transporte que utiliza combustibles fósiles.

También en Bolivia se culpa a la política de las consecuencias ambientales como la del lago Titicaca, cuyo espejo de agua ha perdido 4 metros de altura; o de las inundaciones que, simultáneamente a la sequía en Sudamérica, ocurren en Centroamérica.

Ahora con permiso, es hora de mi baño de tres minutos a pesar de que en el Austro las lluvias se han desatado. Y que todo sea por brindar una oportunidad para los que vienen atrás.

sábado, noviembre 14, 2009

¿Nos da una oportunidad, señora Carrillo?


La premura de la Asamblea Nacional por aprobar proyectos de ley, como el de comunicación, es una de las responsables de excluir del debate, democrático y participativo, a personas e instituciones que no estamos en ninguno de los dos polos centralistas del Ecuador: Quito y Guayaquil.

De todas formas, y pese a exclusiones y apuros, la Escuela de Comunicación de la Universidad de Cuenca ha decidido dedicar generosos espacios –sin afectar el desarrollo académico de los estudiantes de periodismo y relaciones públicas– a una discusión aguda sobre lo que debería ser una ley de comunicación que garantice, entre otros aspectos, el libre acceso a la información y sus fuentes; la no censura previa de los contenidos; la responsabilidad ulterior de los comunicadores en la emisión de noticias; la obligatoriedad de los medios de comunicación de garantizar la participación remunerada de pasantes provenientes de las escuelas de periodismo; la defensa del ejercicio profesional del periodista…

Y este proceso no es nuevo. Desde hace varias semanas, por iniciativa de un grupo de estudiantes y docentes, los tres proyectos de ley propuestos por Panchana, Tibán y Montúfar, fueron analizados en las aulas, gracias al apoyo de diario El Comercio que entregó 400 ejemplares impresos de los tres proyectos de ley. Cada docente discutió, analizó y procesó los artículos, hasta que trascendió que las tres iniciativas se habían diluido y la Comisión Ocasional de Comunicación trabajaba “contrarreloj” para montar un nuevo proyecto que deberá estar terminado, aprobado y santificado hasta el 20 de noviembre.

Los acuerdos a los que se han llegado en las aulas resultan interesantes, aunque también han dejado dudas. Como por ejemplo: ¿Sumarse como Universidad con sus aportes al proyecto, se interpretaría como un aval a una ley de la que se sospecha pretende amordazar a los medios que no se alineen con el régimen de turno?

¿Evadir la responsabilidad, y el derecho, de expresar opiniones desde la cátedra y enriquecer el proceso de elaboración de la ley de comunicación, a futuro puede pasar a los involucrados una onerosa factura ante la inevitable aprobación del proyecto regulador de los medios de comunicación?

¿Oponerse a la ley, por considerarla un proyecto mordaza, perennizaría la “patente de corso” que ciertos medios y periodistas se toman para vivir del oficio, poniéndolo al servicio de sus intereses y dejando al ciudadano común a expensas de los atentados a la honra ajena?

Las jornadas de reflexión han reparado, además, en la necesidad de ejercer un periodismo responsable, preciso, exacto, riguroso, responsable, como la mejor estrategia contra cualquier proyecto de ley que posteriormente puede tornarse en un instrumento de presión desde el poder contra la prensa independiente.

Lamentablemente, apremiados por la misma celeridad impuesta por la Comisión, no se logró reunir al resto de universidades cuencanas para fomentar una discusión integral de los temas que se propondrán a la Comisión Ocasional.

Hoy y mañana se realizarán las dos últimas instancias para definir la propuesta definitiva desde los estudiantes y docentes; esperamos redactarla hasta la próxima semana.

La cátedra cuencana se merece la oportunidad de que su opinión se incluya en la ley. Y eso depende de su voluntad, señora Carrillo
Artículo publicado en EL UNIVERSO y EL COMERCIO.