viernes, marzo 18, 2011

Las filaterías


Por: José Serrano
Siempre he deseado realizar una antología de las filaterías, que como se sabe, al igual que los tontos son infinitas.

Por ejemplo los filáticos, que por supuesto ya sabemos que son filateros, dicen: “peonza” en lugar de trompo, que es el término común y entendible.

Los médicos no se zafan: dicen “cefalea” al vulgar dolor de cabeza.

Los abogados, peor, a la audiencia que se realiza en “estrados”, sin ningún desparpajo y con mayor ignorancia la llaman “audiencia de estrados” como si fueran las sillas las que les van a atender.

Los agringados dicen “picup” por tocadiscos.

O los exageradamente filáticos o filateros dicen “máncer” por hijo de p...

O bocina por no decir sencillamente pito, o peor todavía dicen claxon.

Dicen tamañas estupideces como “la man” para referirse a una mujer o bueno, por lo menos, el man para el hombre, o cuando son demasiados atrevidos, para referirse a una señora distinguida, dicen: “La tía”.

Dicen “tráfico” por “tránsito”, cuando sabido es que el tráfico es el comercio y el tránsito el traslado de un lugar a otro, aunque el uso rutinario y corrupto los haya consagrado como sinónimos.

Dicen “latente” como si estuviera a punto de suceder, cuando sabido es que latente es lo oculto o lo escondido.

O los excesivamente filateros Exarca por obispo u obliterar por cerrar.

O los demasiado “sabios” anadinos o anadón por simplemente pollo.

Stop por parada o parking por estacionamiento.

Fruslería por pequeñez.

O más aún, quilotra por amante, querida, concubina.

O armadijo por emboscada.

En fin, son tantas las tonterías y filaterías que se expresan a diario que todo el texto del diccionario no daría abasto para completar todo lo que se dice o lo que se ha dicho.


Artículo publicado en EL TIEMPO