viernes, enero 18, 2013

Periodistas de $ 800

Aquel primer sueldo de 16 mil sucres (unos 64 centavos de dólar actuales, el 50% del básico nominal de la época) no servía de mucho en realidad. Laboraba en una radio local, en el noticiario. Y estudiaba periodismo. Así que, conforme.

La práctica habitual de compensar los bajos salarios, sin ningún vínculo laboral ni afiliación a la seguridad social o beneficios de ley, tomaba la forma de derecho adquirido para acceso a cuñas comerciales. Hasta tres. Entonces había que conseguir noticias y publicidad. Peligrosa combinación.

Por ello es que aunque el sueldo de 16 mil sucres mensuales significaba poco, revestía un enorme riesgo para la integridad ética del periodista obligado a dar con esas compensaciones salariales, en permanente exposición a conflictos de interés. Como el de Carlitos, por ejemplo: periodista de radio y relacionista público de una entidad pública; con su segundo oficio trataba de ocultar la verdad que su primer oficio le exigía hallar. Pero igual, buscaba redondear el sueldo, así que, conforme. O como el de Rubén, que al mismo tiempo de presentar sus noticias, lee –las famosas menciones– las publicidades como si de un partido de fútbol se tratase. Son sus publicidades, sus compensaciones, avaladas por el dueño del medio.

Que si en el continente es una práctica habitual, entonces conforme. Pero la credibilidad se pone en riesgo inminente, básicamente porque se compromete la independencia.


El periodista debe tener un ingreso salarial digno que le aleje de este tipo de conflictos. La tarea de informar implica una enorme responsabilidad sobre la cual, cualquier tipo de argumentación está por demás: La materia prima del periodista son los hechos, reputaciones, vidas.

Requiere de una formación sólida, permanente, dialéctica, responsable, ética. Y con cero conflictos de interés.

 Para ponerlo en palabras del maestro de ética periodística, Javier Darío Restrepo: “…el periodista que se respeta y que cuida su buen nombre profesional nunca permite que en su trabajo se mezclen su nombre y la actividad de recolección de pauta publicitaria. En cualquier empresa periodística seria es una regla de oro que la consecución de pauta es un trabajo distinto y separado de la actividad periodística. No se le puede creer a un periodista que le debe agradecimiento a la persona o a la empresa que le paga el aviso y sobre la que debe informar.” 

Regular los salarios debe atender esa necesidad, y que hoy tengamos periodistas titulados de $ 800 es una buena noticia. Podría ser mejor, porque asegurar un salario mínimo, que cubra necesidades elementales, garantiza la independencia profesional de los comunicadores. Y aunque suene conformista, la pauperización laboral del periodista es una realidad que duele, y es la madre, además, de la pobreza de su ejercicio, de la falta de formación, actualización.

La actividad debe mejorar en su conjunto, por toda la responsabilidad que demanda; no solo cuando se logra escalar y ubicarse en una empresa de las denominadas “grandes”. Porque en esta actividad profesional se producen productos de altísima injerencia contra terceros. Y esa es la principal razón para ya no estar nunca más conformes.

El periodista de 800 dólares ya es algo; pero debe, además, aspirar a más. A mucho más, en la misma medida en que demuestre que su trabajo es de excelencia.

  Fotografía tomada de lavueltadelos25.com

miércoles, enero 16, 2013

Y el pastor habló…

Absorto. Así quedó ese puñado de conocidos con los que coincidimos en el espectro electromagnético de una emisora local: en ese preciso momento hablaba el pastor candidato. Y lo que había salido de su boca era suficiente como para negarle cualquiera de esas dos categorías. Incluso de la de ser humano, que le llegó gratuita.

Que los homosexuales son una consecuencia de las relaciones sexuales anales de sus padres, dijo. Que esa es una manera con la cual se hace una especie de justicia divina, sugirió. Que si en Europa este tipo de relaciones están permitidas, pues que se vayan todos para allá, recomendó. Y algo no menos indignante que lo anterior: que sus recursos económicos –los familiares, que parecen abultados- provienen de la creación de siete iglesias. Y que fue el mismísimo Dios quien le pidió que sea candidato. Y salve a los ecuatorianos.

El pastor que, “a gracias de Dios” y para la buena ventura del pueblo sabe perfectamente que no tiene ninguna opción electoral, como parte de su estrategia va por allí diciendo estas sandeces que ofenden a los ecuatorianos. Por aquello de que los pueblos tienen los candidatos que se merecen.

El pastor candidato no sabía ni le dijeron sus asesores que Cuenca es el peor escenario para un discurso tan pobre e irracional: fue en esta ciudad donde inició un movimiento de concienciación que terminó con la despenalización de la homosexualidad, en el año 1997. Que no es un tema que se agotó cuando se eliminó del Código de Procedimiento Penal aquella disposición que condenaba la homosexualidad como un delito, porque ayer mismo ya se discutió la posibilidad de crear una “Ordenanza para la inclusión y reconocimiento del respeto a las diversidades sexuales en Cuenca”.

 Este pastor rehabilitado que actúa sin temor –porque estoy convencido de que al menos sospecha de la inexistencia de divinidades celestiales y por eso las ofende- se pone en evidencia al pretender que la gente “trague” sus “verdades”. Y en su cinismo admite que sus recursos provienen de la creación de siete iglesias. ¡¡Iglesias destinadas a ser las financistas del estilo de vida del pastor candidato y su familia!! A confesión de parte, relevo de prueba. Es la peor de la distorsiones de esos espacios que buscan atender las necesidades del alma.

Es la confirmación absoluta del para qué sirven esas iglesias, esos templos, esas advocaciones: para financiar el estilo de vida de unos cuantos “iluminados”, presos de fobias, como la xenofobia o la homofobia. A propósito de esta última fobia, al parecer quien la padece tiene un miedo no consciente e irracional a descubrirse homosexual.

Mi intención no es afectar los votos del pastor candidato. Igual, no tiene oportunidades. Pero sí alzar mi voz de protesta por la ofensa proferida a quienes escuchamos las propuestas del pastor candidato en un medio de comunicación público. Y lo menos que podemos hacer es indignarnos, y reclamar en demanda de una clase política decente. Lo hago, también, a nombre de esos cientos de mensajes que rodaron en redes sociales luego de los comentarios homofóbicos del candidato.

Que además se cree un enviado de Dios. Así, el pastor habló…


Fptpgrafía tomada de elperiodicodelecuador.com