jueves, octubre 29, 2009

¿Y cuánto hay para salvar la casa?


La propuesta del gobierno ecuatoriano para que los países desarrollados –y por lo tanto los que más contribuyen al calentamiento global- entreguen dinero a cambio de no explotar el eje petrolero Ishpingo-Tambococha-Tiputini en el Yasuní, plantea un desafío para quienes saben que debemos salvar al planeta del desastre ecológico que provocan la deforestación y la emanación de carbono.

Lo que se ha denominado como la Iniciativa ITT, es decir renunciar a reservas por más de 840 millones de barriles de petróleo siempre y cuando los países desarrollados entreguen, a lo largo de 13 años, siete mil millones de dólares destinados a reforestación, remediación ambiental e inversión en las comunidades afectadas, será la oportunidad para demostrar esa voluntad de querer salvar la Tierra. Al menos Alemania ya se ha pronunciado a favor de la propuesta comprometiendo 50 millones de dólares. La expectativa se centra ahora en los Estados Unidos.

Este tipo de iniciativas, guardando las distancias y proporciones, ya se desarrollan en nuestro país. En Pimampiro, provincia de Imbabura, desde el año 2000 está en marcha uno de los proyectos de pago por servicios ambientales para asegurar el manejo y sustentabilidad del agua.

La idea pertenece al Centro Internacional de Investigación Forestal, CIFOR, y consiste en recargar un 20 por ciento en las facturas de agua a quienes viven en Pimampiro, recargo que luego es entregado a quienes viven en los lugares donde nacen las fuentes de agua, con la condición de que no las contaminen, las cuiden y las preserven de la explotación forestal: dinero en efectivo a cambio de no convertir en dinero la madera de los bosques que, en un complicado y frágil ciclo, generan el agua. Proyectos similares se replican en Colombia, Bolivia y Brasil.

Otros programas siguen el mismo objetivo: El plan de Reducción de las Emisiones producto de la Deforestación y Degradación Ambiental, REDD por sus siglas en inglés, tiene dimensiones globales tanto en el plano del financiamiento como de inversión.

El objetivo de REDD es que los países que estén dispuestos y puedan reducir las emanaciones de carbono provenientes de la deforestación, sean recompensados financieramente. En el reciente Congreso Forestal Mundial, en Argentina, grupos indígenas y de ecologistas pusieron reparos al tema de pagar por servicios ambientales, pues creen que la solución no es exclusivamente monetaria: la gente se acostumbra al dinero y nada asegura que se preservará cuando el flujo de dinero termine.

En la Cumbre por el Cambio Climático, que se desarrollará en Dinamarca en diciembre, se buscará un consenso político que viabilice las inversiones en los países con bosques tropicales, cuya degradación solamente en la década de 1990 produjo emisiones de hasta 1.6 billones de toneladas de carbono anuales.

Las cifras en ITT no dejan de ser macro: pagar para evitar la explotación petrolera asegura la vida de 2.270 especies de árboles; 560 tipo de aves; 175 clases de mamíferos, 105 de anfibios y 83 especies distintas de reptiles. Por todos estos indicadores el Yasuní tiene la categoría de Reserva Mundial de la Biósfera.

Tanto España como Francia están interesadas en el proyecto. Falta que la patria del flamante Premio Nobel de la Paz diga, de forma clara y transparente, cuánto hay para salvar la casa.



*Artìculo publicado en EL UNIVERSO

jueves, octubre 22, 2009

Mandatarios: no queremos que siembren árboles


El martes la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, tomó, con cierta dificultad, dos paladas de tierra y las depositó en un árbol recién plantado en los jardines de la Casa Rosada.

Luego, caminó hasta un atril y dijo a medio centenar de asistentes: quiero que sepan que no es el primer árbol que siembro; deben ser como mil entre plantas, árboles y arbustos.

Antes de continuar, en un arranque de honestidad, aclaró: bueno, en realidad no soy quien los ha sembrado; solo he dicho al jardinero dónde ponerlos…

Entonces me vino la duda: ¿El problema del calentamiento global se solucionará si cada Presidente siembra mil árboles? ¿O bastaría con que cada uno firme un decreto, uno solo, obligando en cada país el cumplimiento de leyes ambientales y de responsabilidad social empresarial?

El acto simbólico se organizó a propósito del XIII Congreso Forestal Mundial que hasta mañana congregará en Buenos Aires a expertos ambientales de 170 países, como evento previo a la Cumbre del Clima de Copenhague, en diciembre.

Una cita intensa, en la que se han escuchado autocríticas: “Basta de diálogos interminables y aburridos… Basta de documentos declarativos… La explotación de madera no solo debe ser legal sino también sustentable; lo legal no siempre es sustentable”.

Lo dijo José Carlos Carvalho, secretario de Medio Ambiente de Minas Gerais, Brasil, durante una plenaria a la que asistía Jan McAlpine, directora del Foro Forestal de las Naciones Unidas.

En esa misma sala se escucharon cifras escalofriantes. El 80 por ciento de la biodiversidad del planeta está en los bosques –especialmente los tropicales-, donde viven 300 millones de personas; sólo en el Ecuador 198 mil hectáreas de bosque se pierden cada año y no se reponen; el comercio de productos forestales mueve 327 mil millones de dólares al año.

No es suficiente que Presidentes digan a sus jardineros en qué lugar de la sala deben poner plantas y arbustos. Se requieren Gobiernos con voluntad política para alentar leyes que combatan la deforestación y el consecuente calentamiento global.
Por lo menos en Ecuador hay un mandato constitucional que obliga a proteger ecosistemas frágiles; así que se espera una ley que sancione, por igual, tanto a quienes arrasan hectáreas de bosques, como a quienes contaminen –como los dueños de la fábrica de cerámicas instalada junto al río Tomebamba, en Cuenca, que lancen residuos y cambian el color de las aguas-.

Los llamados de atención en algunas intervenciones del XIII Congreso, donde los organizadores han demostrado cierta opulencia que avergüenza cuando se trata de temas forestales que afectan a los más pobres de los pobres, debe promover en Copenhague un frente común ante los países desarrollados que se niegan a reducir sus emisiones de carbono.

Con una posición que sea, además, coherente con las políticas que deben adoptar los países en desarrollo, como la obligatoriedad de adquirir madera con la certificación de que no proviene de bosques protegidos y que los beneficiarios llevan adelante planes de remediación.

Solo así las interminables discusiones en elegantes salones y con extravagantes logísticas, tendrán sentido. Y se evitará que, como ocurrió entre 1990 y 2005, se pierda el 3 por ciento de los bosques del mundo.



Publicado en EL UNIVERSO.

lunes, octubre 19, 2009

Periodista argentino


Sin generalizar, pero parece que ciertos periodistas argentinos son un verdadero ejemplo de lo que no debemos ser ni hacer.

El escenario: la sala de prensa en el recinto La Rural, en Buenos Aires, Argentina.
El motivo: el XIII Congreso Forestal Mundial.
Los actores: cuatro periodistas de medios argentinos. Y uno ecuatoriano.

Escena I

Cuatro periodistas argentinos inician una bulliciosa jornada en la sala de prensa. Abren sus buzones de correo y empieza el intercambio.

- Mirá lo que me shegó…una invitación a la Patagonia todo pagado tres días…¿Te anotás?, pregunta el más histriónico al más joven.
- Sha lo tengo, lo confirmé asher…responde sin dejar de hurgar en su buzón.

Escena II

Un tercer periodista, de ojos azules y traje informal, increpa a los dos:

- A mí no me shegó…me lo pasás…(luego de unos minutos) Por qué me lo pasás si está a tu nombre?
- Pará, pará…mirá lo que tengo acá; una invitación para barco en Puerto Madero; gratis y lunch a bordo…hay que confirmarlo hasta hoy…

- Me lo pasás..? le dice del otro lado de la mesa el más joven.
- No, mejor vení y lo copiás…le responde.
- Pasála loco; sho también puedo confirmar…dice el más lacónico.

Interviene una tercera periodista, dirigiéndose a un guardia de seguridad.
- Vení…vení; cómo hago para imprimir..?
- Lo tiene que copiar, sin cortar, y luego lo pega en una hoja Windows…los equipos están en línea y la impresora es solo una…está ashá…dice muy respetuoso.
- Y cómo sabés tanto..? le increpa…
- Fui a la escuela…aunque lo que me enseñaron sha lo sabía…responde.
- Bueno…sho también lo sabía…solo que fui unos años a trabajar en radio y no he practicado…dice mirándome directamente a los ojos, ahora que yo ya he perdido la concentración en mi artículo.

Escena III

Tres ciudadanos koreanos ingresan a la sala de prensa. Sonreidos y en medio de reverencias con la cabeza, entregan folletos turísticos y una invitación para que visiten el estante Bonghwa Gun sobre forestación en Korea.
Antes de irse entregan unas pequeñas cajas con un sutil detalle dentro: una máscara tallada en madera.

Al descubrir el detalle, dos de los cuatro argentinos saltan de la mesa e interceptan al grupo de koreanos que ya se retira.
- Sho tengo hijos…sho tengo hijos…dice uno de ellos exigiendo otra cajita.
- Una más para mi compañera…dice el otro. En total cada uno obtiene tres cajas extras.

Los koreanos sonríen, pero admirados y sin gracia.

- Y bueno…es para mi compañera…dice uno de los periodistas argentinos ante mi mirada acusadora.
- Sho voy para ese estante…me acompañás…dice el más locuaz y los dos restantes le siguen.

Mientras la periodista de radio lucha contra la tecnología más simple del Control C, Control V, salgo por un café. Cuando regreso no hay nadie; solamente los folletos de Forest de Bonghwa Gun sobre la mesa.

Camino hasta un restaurante en Corrientes. Pido un cubano y tomo el ejemplar del día de Clarín. La nota que más me llama la atención me quita el apetito: Medios: la oposición resiste el apuro Kirchnerino por el órgano de control.

Ah…es la ley de medios aprobada en Argentina recientemente. Seguro que los cuatro periodistas estarán de acuerdo en defender la libertad de expresión…pero luego de que consigan más recuerdos para sus hijos y se registren en todas las invitaciones que su “apretada agenda mediática” les permita.

Cae el telón.

* En la foto, el más lacónico se va con sus regalos.

jueves, octubre 15, 2009

para la preomiosma semana hjat qie dejas ytabahin para los alñim,snmops.

eskte vñode està epndiengte

viernes, octubre 09, 2009

Resistencia a la Ley de Comunicación



Que en nombre de la libertad de expresión se enfrente a una ley de medios no quiere decir que el ciudadano, que no pertenece a un medio, quede desamparado. Lo digo a propósito de mi artículo de la semana anterior (01-X-09) en el que expuse transgresiones de la prensa en contra del derecho de personas comunes y corrientes, y también de ciertas entidades en contra del oficio periodístico.

He creído necesario volver sobre el tema de la ley –cuya aprobación se postergó, por lo que el análisis salió de la agenda de algunos medios- pues ese día diario Hoy publicó una entrevista al periodista español Miguel Ángel Bastenier en la que sugería formar una oposición cívica a la ley de medios, y porque una entrañable amiga, luego de leer mi columna, me preguntó: ¿y cuál de las tres propuestas crees que se debe aprobar?

¡Ninguna! Le respondí. Mi reflexión apunta a una legislación independiente de todo Gobierno, que regule el oficio en función de los derechos ciudadanos, porque somos los periodistas quienes, en nombre de la proclamada libertad de expresión, hemos violentado esos derechos exponiendo, equivocadamente, a inocentes al escarnio general. Hay que admitirlo.

Me refiero a una regulación –la autorregulación en Ecuador tiene deudas- como la que el propio diario de Bastenier propone. He aquí algunos ejemplos tomados del manual de estilo de El País, de España, donde Miguen Ángel fue subdirector de asuntos internacionales y hoy es articulista y uno de los maestros en su escuela de formación de periodistas:

Artículo 1.4 El periódico no publica informaciones sobre la competición boxística, salvo las que den cuenta de accidentes sufridos por los púgiles o reflejen el sórdido mundo de esta actividad. La línea editorial del periódico es contraria al fomento del boxeo, y por ello renuncia a recoger noticias que puedan contribuir a su difusión.

Artículo 1.6 El periodista deberá ser especialmente prudente con las informaciones relativas a suicidios. En primer lugar, porque no siempre la apariencia coincide con la realidad, y también porque la psicología ha comprobado que estas noticias incitan a quitarse la vida a personas que ya eran propensas al suicidio.

Artículo 1.9 El derecho a la información es sobre todo del lector, no del periodista. Si se encuentran trabas, se superan; si éstas añaden información, se cuentan; si no es así, se aguantan. Las columnas del periódico no están para que el redactor desahogue sus humores, por justificados que sean.

Artículo 1.12 El periodista transmite a los lectores noticias comprobadas, y se abstiene de incluir sus opiniones personales. Cuando un hecho no haya sido verificado suficientemente, el redactor evitará en las noticias expresiones como ‘al parecer’, ‘podría’, ‘no se descarta’ o similares.

Artículo 1.15 La atribución de la noticia a una fuente o fuentes no exime al periodista de la responsabilidad de haberla escrito.

Cinco motivos que se suman a 574 razones más, en 429 páginas, que todo redactor de El País debe dominar. Razones que ante el ciudadano garantizan la convicción de Bastenier en torno a su propuesta de resistencia.

La pregunta es ¿tenemos esa misma convicción como para armar una resistencia que nos libere de responsabilidades posteriores?

Entrevista en Hoy.com.ec a Miguel Ángel Bastenier.

jueves, octubre 08, 2009

El teléfono dañado II



En la entrada anterior (El teléfono dañado) expuse una serie de versiones tomadas durante un operativo policial. Los detalles eran los siguientes –apegándonos estrictamente a las preguntas básicas que, según el periodismo norteamericano, debe responder toda noticia-:

- Quiénes: el sospechoso del robo; el policía perseguidor y hasta once refuerzos más.

- Qué: un policía persigue a un sospechoso; realiza dos disparos. El sospechoso se lanza al río y desde allí “contraataca”.

- Dónde: Orillas del río Tomebamba, de Cuenca; sector de la pasarela universitaria.

- Cuándo: Miércoles 7 de octubre a las 13:50.

- Cómo: el sospechoso fue sorprendido in fraganti cuando iba a cometer un robo dentro de un taxi. En el taxi viajaba un policía, que inició la persecución; el sospechoso se lanzó al río.
(Por no ser del caso, no se requiere responder el por qué)

Aunque no se trata de analizar el papelón de los policías que se negaron a ingresar al río para detener al sospechoso –quizá por miedo al él, porque tres semanas antes sí ingresaron para detener a un colegial durante manifestaciones estudiantiles-, sí hay que recalcarlo: once policías en torno a una sola persona y debieron esperar a que se entregue. No sé, serán los procedimientos policiales, pero lo cierto es que fueron el blanco de críticas y provocaron un enredado congestionamiento vehicular.

Sobre el tema de la cobertura, quedó claro entre los estudiantes las recomendaciones que se dan sobre el arte de tomar notas:

Primero: hay que estar alertas apuntar todo lo que se vea.

Segundo: hay que responder a todas las preguntas (las cinco W del periodismo norteamericano que nos guiaron, nos guían, al iniciarnos en este oficio). Cualquiera sea el género periodístico que utilicemos, siempre debemos responderlas. La nota de El Tiempo, único medio local que cubrió este hecho, responde todas, aunque muchos detalles difieren por falta de una cobertura que vaya más allá de la posición de espectador: limitarse a ver y no a preguntar, entrevistar.

Tercero: recurrir a las fuentes. Y en el caso presente eran: el taxista involucrado; el policía que inició la persecución; el detenido; los testigos.

El video es del estudiante Rafael Caldas.

miércoles, octubre 07, 2009

El teléfono dañado

Miércoles 7 de octubre; 13:50. Llego a la Universidad de Cuenca y escucho dos disparos. Corro a la orilla del río Tomebamba y miro la siguiente escena: tres policías en las dos orillas, y un hombre sumergido hasta el cuello. Uno de los policías tiene un arma en la mano.

Inmediatamente se me ocurrió que podíamos hacer un ejercicio de cobertura con los pocos estudiantes que a esa hora se acercaban a mirar el suceso. En el aula de clases, y en los pasillos, estas eran las versiones:

Versión A: "Era un borracho al que seguía un policía; había asaltado a unos señores y huía cuando pidieron auxilio. Los policías no querían mojarse por eso no entraron al río".

Versión B: "El señor había asaltado a una persona y bajaba corriendo; cuando le vieron los policías le siguieron. En la mano tenía un cuchillo con el que intimidaba a las personas; se lanzó al río y los policías pidieron refuerzos para sacarlo. Lo detuvieron y se lo llevaron en una camioneta”.

Versión C: “Los policías seguían a un asaltante que para evadirlos se lanzó al río. En la mano llevaba un cuchillo llenito de sangre; en el operativo lo capturaron”.

Lo que yo averigüé: “Un sospechoso de ser asaltante aprovechó la luz roja de un semáforo y abordó un taxi a cuyo conductor intimidó con un cuchillo. En el asiento posterior del taxi viajaba un Policía que reaccionó e intentó agarrar al agresor. Corrieron cien metros y el agresor se lanzó al río –hasta aquí declaración tomada al taxista- Segundos antes de que se lance al agua el policía disparó dos veces al aire. El sospechoso se sumergió hasta el cuello para deshacerse del arma; durante una hora lanzó piedras a los agentes que socorrieron al policía que disparó. Finalmente se entregó mientras lanzaba gritos de que lo querían matar; lo llevaron en una camioneta policial” –esta segunda parte la presencié.

A estas alturas ya dudo hasta de mi versión. Esperaré para ver qué informa mañana la prensa, antes de exponer mi conclusión.

Algo de lo nuestro

Duerme negrito...

sábado, octubre 03, 2009

En vilo por estar en la cola


Miles en el país en vilo.
En vilo porque el BArcelona no descienda de categoría. Es decir, que no baje de escalón por ser uno de los peores. Y los medios alentando ese vilo.

Y la prensa celebra porque los "amarillos" no son de lo peor, sino un poquito menos de lo peor. Es decir no descendieron.

Esa visión perdedora, de baja autoestima, es frecuente en el periodismo ecuatoriano: "Jugamos como nunca, perdimos como siempre"; "Solo nos faltó el gol"; "Ahora a esperar los resultados"; "Las posibilidades matemàticas estàn intactas".

Recuerdo cómo, hace pocas semanas, la prensa local cuencana celebraba como un triunfo el que una triatleta ocupara "un deslumbrante" décimo primer puesto en una competencia mundial. Es decir, destacaba que no somos los primeros, los segundos o los terceros. Llegamos en puesto once, y hay que celebrarlo.

En materia de resultados, no solo cuenta el puesto en el que llegastes, sino la marca que impusistes. Solo asì pondremos a equipos, deportistas y dirigentes en el lugar del podio mediàtico que realmente se merecen.

Pero para eso necesitamos un periodismo mucho màs meticuloso, transparente y menos hincha.


La imagen es de Observatorio Fucatel.

viernes, octubre 02, 2009

¡Y quién dijo que necesitamos una ley!



Francisco ejerce el periodismo, y quiso aprovecharlo para llegar a ser diputado. Él integraba la “lista negra” de un medio local, por lo que nadie podía exhibirlo en esas páginas. Un día, presionados por la inoperancia de un fotógrafo que hizo una única toma, pusieron la gráfica de un candidato presidencial acompañado del personaje vetado. Para no transgredir la prohibición, con la ayuda de un programa de edición gráfica, colocaron cabello en la calva de Francisco.

Carlos es un indígena activista y antiminero. Está en la misma lista que Francisco. Abogado, con postgrado en derecho ambiental, se lo invisibiliza desde hace una década. Los dueños de ese medio deciden quiénes salen y quienes no en las páginas de su diario.

Francisco y Carlos necesitan una ley que garantice sus derechos para acceder a medios privados, y los ciudadanos una que impida que los periodistas se aprovechen del oficio para llegar a ser diputados.

Marco es un reportero deportivo muy comprometido. Nunca rehúsa una asignación, por lo que investigar casos de corrupción en la construcción del Centro de Alto Rendimiento de Cuenca no fue la excepción. Durante varios días el compromiso de Marco se estrelló contra las puertas cerradas, documentos incompletos y muestras de desprecio de dirigentes. Documentos públicos inesperadamente recibían la categoría de “clasificados”.

Reporteros como Marco necesitan una ley que garantice su derecho a acceder a la información pública.

A Badillo lo sientan frente a un detector de mentiras cuyos resultados pocos países los consideran pruebas concluyentes en procesos de investigación. Acusado, juzgado y sentenciado por complicidad en la desaparición de dos jóvenes colombianos, Badillo asiste a un show televisivo cuyo promotor dicta sentencia: inocente. Badillo, con un estilo deportivo y con lágrimas en los ojos dice: ¡gracias país..! Pero Badillo no está libre de culpa solo por prestarse al show, ni tampoco ha explicado aún lo que ocurrió con Jaime Otavalo, un detenido que fue investigado por él.

La memoria de los hermanos Restrepo – y de Otavalo- merecen una ley que les haga justicia.

Guido tomó una decisión temeraria: a sus 38 años, soltero y vinculado a la masonería, bebió una copa de cianuro líquido mientras en la sala de su casa escuchaba la ópera Rigoleto, de Giuseppe Verdi. Sus familiares evitaron la escena a su madre, Blanca, y solamente unos agentes ingresaron, tomaron pruebas, datos y fotos. Al día siguiente, en un vespertino, la foto captada por el agente y entregada a una reportera apareció a cinco columnas con un titular que decía: Ebrio se quitó la vida. Blanca no pudo recuperarse y se dejó morir por inanición: un mes después del suicidio se reunió con Guido. Madre e hijo merecen una ley que impida que violen su intimidad.

La semana anterior me telefoneó un periodista para entrevistarme sobre los proyectos de ley de comunicación – que deberían ser de medios, pues la comunicación es un espectro mucho más amplio - y le dije que le respondería solamente si dejaba de llamarme de su celular personal y lo hacía desde uno facilitado por su empresa. Hasta ayer esperé la llamada.

En verdad, todos necesitamos una ley que vele por nuestras obligaciones y nuestros derechos.