sábado, diciembre 09, 2006

Víctimas de la prensa: probando una cucharada de la misma sopa

La pesadilla de Patricia llega por una pantalla de TV
Fue realmente penoso. Con sus ojos muy abiertos y la voz casi quebrándose Patricia decía: “Y cómo le explico a mi hijo que su padre no es un ladrón”.
Patricia Enríquez es una reconocida periodista deportiva en Cuenca. Inició en radio, pasó a prensa y ahora tiene su propia revista. Como ella misma dice: “me retiré del diario porque literalmente llegué a acostarme con la fuente”. Tras varios años de ejercicio se casó con el árbitro FIFA Patricio Carpio y en una consideración ética, se retiró y fue tras su propio sueño.
La pesadilla de Patricia llega casi todas las semanas, con los comentarios del “periodista” Vito Muñoz (a quien algún programa cómico le moteó como “pito feroz”)
Como Muñoz, sin ningún empacho, se deja ver como hincha incondicional del Barcelona “Sporting Club”, y como Patricio Carpio ha pitado varios partidos en los que el “equipo torero” perdió, entonces pasó a ser víctima de los comentarios negativos del periodista-hincha.
“Y ahora pitará este ca-ca…Carpio…”
Puede parecer como una inocente equivocación –cacareo repentino- pero obviamente tiene un doble sentido muy fuerte.
La angustia fue peor cuando Patricia, que mira los programas deportivos en compañía de su hijo, escuchó cómo una noche “pito feroz” trató de “ladrón” a Patricio Carpio.
La mañana del sábado cuando Patricia contaba a un grupo de ex compañeros suyos cómo se sentía que a través de un medio de comunicación llamen injustamente y sin pruebas a uno de los suyos “ladrón”, pensé en cuántas angustias similares se reflejarán en los rostros de centenares de mujeres y niños cuyos padres aparecen como “presuntos” en las garras de la Policía y sus ruedas de prensa semanales.
El análisis es doble.
¿Los periodistas tenemos “patente de corso” para tildar de lo que sea a quien sea?
¿Los periodistas deportivos tienes “patente de corso” para ser hinchas y tildar de lo que sea cuando su equipo pierde?
¿Y usted qué opina?

Mi hermano en la crónica roja

“El primer recuerdo de mi hermano de crianza es una descolorida foto en la que dos niños, de unos cinco años de edad, se dan de trompadas con viejos guantes de box. Estábamos de modelos para el fotógrafo de las cosas lindas de la vida que es mi padre.”
Este es el primer párrafo de una especie de despedida leída al pie del féretro donde estaba Guido Vintimilla, mi hermano de crianza, hijo de don Rodolfo Vintimilla, fundador del diario El Correo, en Machala.
Guido era complicado. Sus razones tendría para haberse tomado una copa de cianuro mientras escuchaba a todo volumen la ópera Rigoletto, de Giuseppe Verdi.
La noche de domingo cuando recibí la llamada anunciando su muerte, fui hasta su casa como hermano, más que como periodista. Lo encontré en el piso de la cocina, de espaldas y las piernas semidobladas. En su mano una botella de plástico y un chorro de agua de una llave que, en los estertores de muerte, quedó abierta.
Buscaba un último sorbo. Algún vecino escuchó un desesperado grito que llamaba a su madre…
Lo mejor era que la diabética mujer no vea ese terrible cuadro de dolor en el que el actor principal era su hijo único, aquel en quien tenía las esperanzas puestas de que la cuide ahora que estaba vieja y enferma. Los únicos testigos: sus familiares, otros vecinos y unos agentes con cámara digital de fotos en mano.
Al día siguiente, una cruda fotografía del hombre acompañaba a una imprecisa nota de prensa en el diario La Tarde. La autora, una despampanante periodista de crónica roja a al que nunca se le escapa nada, ni a ella ni a su red de uniformados colaboradores que le entregan todo: notas y fotos.
La atribulada madre vio el cuadro. No soportó, cayó en una especie de coma diabético. Exactamente un mes y medio después murió por inanición. Decidió dejar de comer para ir en busca de su amado hijo.
Cuando vi la nota de prensa, me aborrecí. Trataba de recordar cuántas veces había hecho algo similar…
Este tema lo hemos discutido con los compañeros de la redacción y hemos sacado conclusiones claras, una de ellas: la sociedad nos ha hecho una importante concesión al permitirnos que la mantengamos informada, pero no debemos perder la sensibilidad ni tampoco olvidar que nuestra materia prima, a más de ideas, son seres humanos.
¿Y usted, si alguna vez ha sido víctima de la prensa, qué opina?

jueves, noviembre 16, 2006

¡No abandonen a Minchala, por favor!

Cuando yo me muera, me encantaría que digan de mi lo que realmente saben: digan que a veces tenía crisis de inseguridad, que frecuentemente me era difícil tomar decisiones.
Cuenten que fui egocéntrico, que abandonaba con facilidad a mi familia, y con poca frecuencia buscaba solidarizarme con mis compañeros de trabajo, cuando ellos reclamaban salarios justos o mejores condiciones.
Pregunten a mis amigos de la adolescencia y seguramente les dirán que más de una vez fui condicional e infiel. Que digan que no me gustaba el deporte, que aprendí a fumar temprano, que bebía copiosamente…
Que si muero violentamente y el alcohol y la imprudencia estaban presentes, pues que también lo digan…que no engañen a nadie…

La noche del martes 14 de noviembre fue movida en Cuenca. Cerca de las 21:00 Jacinto Minchala caminaba con su hermano rumbo a la casa de ambos, y debían ir junto al río Yanuncay. Jacinto resbaló y las turbulentas aguas se encargaron de desaparecerlo.
Más tarde, cerca de la 01:00 del miércoles, los periodistas Rocío Álvarez y Enmanuel Idrovo se divertían junto al río Tomebamba. Habían bebido unas copas. Nadie sabe con exactitud pero la muchacha cayó a las también turbulentas aguas. Idrovo, dicen los testigos, quiso salvarla y también fue arrastrado por la corriente.

Al día siguiente la ciudad se despertó alertada por la noticia: dos periodistas habían sido arrastrados por las aguas del río Tomebamba. Según la versión noticiosa de Francisco Ramírez, corresponsal de Telesistema, fue que los dos comunicadores participaban en un operativo de búsqueda de Minchala, y por ello cayeron al río.
Se trataba de dos periodistas, conmoción total…
La cobertura que alcanzó este hecho en los medios radiales locales fue desproporcionada. Se informaba la desaparición de dos amigos, no de cuatro personas, que era la cifra que sumaba un balance de las crecidas de los ríos cuencanos en los últimos cinco días, y que además confirmaba que un solo cuerpo había sido recuperado.
El periodista de EL TIEMPO comentó en la redacción que el grupo de colegas, frente al frío cadáver de Álvarez, rescatado al día siguiente del percance, decidieron no hacer fotografías y tomas con cámaras.
¿Repentino acceso moral?
¿Consideración ética siempre ausente cuando el muerto no es conocido?

El día que fue hallado el cuerpo de Idrovo, la mañana del 16 de noviembre, ninguno de los medios escritos había dicho una verdad completa.
Si bien en nada hubiera aportado el hecho de incluir los detalles de la especie de fiesta privada e imprudencia mezcladas, aquella noche del martes 14 de noviembre, tampoco aportaron las mentiras como que estaban en cobertura participando en un operativo de búsqueda de Minchala, o que fueron llevados a la orilla del río crecido a esas horas de la madrugada “por curiosidad periodística”.
Allí había una noticia: cuatro personas se ahogaron por imprudencia al acercase peligrosamente a las orillas de los ríos Tomebamba y Yanuncay. Nada de exagerados despliegues informativos que terminaron excluyendo a Minchala, único al que no hallaban cuando esto era escrito.

Los titulares decían “Periodistas ahogados”. Nadie tituló “Obrero ahogado”, cuando Minchala despareció. Y si llega a aparecer, no será velado en el Salón de la Ciudad, como los diligentes colegas de Idrovo lo consiguieron.
¿Los periodistas tenemos un áurea especial que nos pone sobre cualquier ciudadano común?
¿Mañana olvidaremos a Rocío Álvarez y Emmanuel Idrovo como lo hicimos con Jacinto Minchala desde el momento mismo que desapareció?

Por eso, cuando yo me muera, llenen mis recuerdos con verdades, por favor.

Y usted, ¿qué opina?

jueves, noviembre 02, 2006

Los medios en el medio

Por Rubén Darío Buitrón

¿Cómo entender que cuatro años después los medios volvieran a tropezar en la misma piedra?
Que las encuestadoras se equivoquen o acomoden sus cifras según quienes financien sus sondeos no es nuevo: lo dicen los candidatos, los dicen los analistas, lo dicen los politólogos, lo dicen, incluso, los candidatos finalistas.
Pero los medios confiaron otra vez en las encuestadoras. Y volvieron a equivocarse. Dos ejemplos: ninguna encuestadora previó el tercer lugar de Gilmar Gutiérrez y ninguna anticipó la debacle febrescorderista en Guayas.
Para colmo, ningún medio investigó lo que podría ocurrir –y finalmente sucedió- con el oscuro contrato entre el Supremo Electoral y la empresa brasileña E-vote.
Las encuestadoras no parecen querer cambiar. Quizás no les interesa o, talvez, su negocio es, precisamente, jugar a la incertidumbre.
Pero los medios tienen la obligación de hacer autocrítica. Entender qué ocurrió adentro, por qué no hubo la capacidad de leer las entrelíneas de los hechos presuntamente evidentes más allá de lo que en las salas de redacción creen que hay que hacer, sin percibir por dónde caminan las distintas realidades.
¿Cómo decidieron CNN y Ecuavisa quiénes eran los candidatos favoritos? ¿Con base en qué análisis y qué reflexión los medios impresos pusieron en su agenda el seguimiento a determinados aspirantes y no a otros? ¿Por qué limitaron sus coberturas al acompañamiento de los postulantes sin mirar más allá de lo aparente, sin entender que los apoteósicos recibimientos en pueblos y ciudades no necesariamente significan votos seguros sino pura novelería o eficiente organización logística de los mandos locales para agradar a sus candidatos? ¿Qué factores ajenos al periodismo determinaron que una cadena (TC, Gamavisión, Cablevisión) apoyara abiertamente al candidato millonario y que otra (Teleamazonas) atacara de manera furibunda al aspirante de Alianza País?
Así como los medios exigen rendición de cuentas a los políticos, los medios deben rendir cuentas a la sociedad, porque a ella se deben. Entonces, ¿confiarán de nuevo en las encuestadoras? ¿Asumirán que el país es fácil de leer? ¿Irán tras los candidatos mostrando lo aparente sin mirar lo que ocurre en el Ecuador silencioso cuando se marchan las cámaras y las comitivas? Si lo hacen, lo más probable es que les toque, de nuevo, poner cara de sorprendidos.

lunes, octubre 23, 2006

“La sombra de un reportero de crónica roja”, o ¡Que alguien nos salve de Carrera!



En la sala de redacción siempre ha sido nuestro ejemplo. Motivo recurrente de nuestros análisis y conclusiones sobre como no se debe hacer periodismo.
Jonathan Carrera, esa especie de “Bonafont” de la crónica roja, fue motivo de una crónica en la revista SOHO de agosto, y destruyó nuestros argumentos de cómo desterrar de la opinión pública a personajes tan nefastos para la profesión.
“Elé, ahí está…tanto que le critica y le hacen una nota en la SOHO”, fue un comentario en la redacción del diario en el que trabajo. Y no es que está mal que se le haga una nota a Carrera, lo que está mal es que no se le confronte, se le observe su mediocre y antiética actuación en la televisión, eso nos deja insatisfechos. Al menos en lo personal.
Y es que realmente ofende. “Carrera tiene 35 años, lleva tres en la televisora (TC), que lo arrancó de El Extra, el periódico más sensacionalista del Ecuador, conocido porque destila sangre”, dice parte de artículo concebido por Paúl Rosero para dicha publicación.
Realmente revelador: Carrera pasó por las facultades de Economía, Filosofía, Psicología y Ciencias de la Educación y no por eso tiene una formación sólida, lo que pasa es que “No culminé ninguna de las carreras por vagancia –lo digo porque no soy mojigato ni hipócrita- por dedicarme a la tontera menos a lo que debía hacer”. (página 110)
¿Merecemos los periodistas que un individuo que no culmine nada “por vagancia” sea considerado un referente en la profesión, con el argumento que la misma revista sostiene: “…como él en crónica roja no hay otro”?
Este “fiel lector de Gabriel García Márquez” que dice que las noticias se deben “presentar descarnadas” y que cree que ayuda a la sociedad cuando especifica “que fue asesinado con 107 puñaladas”, sale al aire “sin haber anotado un solo dato de los acontecimientos que presenta” porque cree que “no hay ciencia, licenciado, coges, ves, visualizas, te sientas y las ideas fluyen”…
Carrera se deja ver en toda su dimensión cuando sostiene que “hay días que el hampa no colabora”, pues en verdad si se porta bien, no habrá motivo para que este individuo salga en pantalla a querer “ayudar a la sociedad”.
Mientras el hampa “siga colaborando”, y los suicidios se sigan dando; mientras la crónica roja y el sensacionalismo sigan vendiendo a espaldas de la responsabilidad de quienes manejan los medios, habrá Carrera para rato, y la frasecita trillada de “nuevamente la mano del infortunio se tendió…” será la antesala del trabajo de alguien que nunca terminó nada por vago, y que tiene las agallas de no ser mojigato al momento de admitirlo, como si esa fuera la fórmula del éxito.

¿Y usted qué opina?

domingo, agosto 27, 2006

El papel del recolector de basura.

La idea podría calificarse de seria. Al menos en lo formal…

Cinco candidatos presidenciales, “a los que las encuestas les favorecen”, se dieron cita este 22 de agosto en el edificio de Expo Plaza convocados por la Cámara de Comercio de Guayaquil para un debate, que a la final duró cuatro horas, moderado por el periodista argentino Andrés Oppenheimer.
Álvaro Noboa, León Roldós, Rafael Correa, Cynthia Viteri y Fernando Rosero, por primera vez juntos en lo que va de la bastante anticipada campaña presidencial 2006 en el Ecuador, durante 240 minutos expusieron ideas sobre sus propuestas en el campo de la educación, salud, modelo económico, etc, a ser ejecutadas en caso de llegar al palacio de Carondelet.
Pero, qué recogieron los medios, sobre todo la televisión, sobre este importante hecho del campo político. Solamente el espectáculo, los enfrentamientos, los insultos.
Al menos eso es lo que alcancé a ver en los noticieros de la noche, y en los resúmenes de la prensa escrita la mañana siguiente, excepto El Universo, que amplió un detalle de las respuestas, y Cablenoticias, CN3, que en el primer noticiero del 23 de agosto hizo un resumen de las propuestas de cada candidato separados por temas, precisamente ecuación, salud, modelo económico, etc.
¿Y el resto?
Recuerdo que en una charla con un compañero periodista, Juan Francisco Beltrán, recordaba una reflexión de Martín Caparrós durante uno de los talleres de periodismo de investigación que se dictó con el auspicio de la Fundación para el Nuevo Periodismo Latinoamericano, FNPI, en la que Caparrós sostenía que “los periodistas a veces son como los carros de sanidad municipal, recogemos solamente la basura”.

¿Es lo más importante el registro del espectáculo y el circo?, o las propuestas

Creo que a todos nos arrancó una sonrisa ver a Álvaro Noboa batiendo sus brazos y exigiendo cuentas a sus oponentes sobre el pago de impuestos. Pero ¿y qué dijo él sobre dar educación al pueblo?

“Es que eso le gusta a la gente”, dijo una compañera de la redacción cuando analizábamos el tema la mañana siguiente en el Diario (De paso no sé de dónde, con cierta frecuencia, sacamos la seguridad para afirmar que realmente “eso” es lo que le gusta a la gente).

Pero nosotros, como periodistas, debemos dar “lo que le gusta a la gente” o lo que la gente necesita que se le dé y que a la hora de estar frente a las urnas le ayude a tomar una decisión.
¿Y el contexto y el análisis? Por qué no se invitó a todos los candidatos…y qué opinaron los asistentes de las respuestas de los candidatos?
Casi cuatro horas de debate reducidos a segundos de un innecesario intercambio de insultos…
Ese es nuestro papel…?

Y usted qué piensa..?


(Esta ideas las escribí al día siguiente el debate político, pero por descuido no subí el documento al blog sino hasta varios días después…en este tiempo comentarios similares han sido publicados en la prensa nacional. Un excelente síntoma de reflexión en los medios…)

jueves, julio 27, 2006

¿Periodismo, literatura o poesía?

El debate sobre si en los medios de comunicación se hace periodismo o literatura (y tal parece que ahora hasta poesía), es un asunto aún pendiente en ciertos ámbitos. Y en este campo la improvisación y la mediocridad le está haciendo mucho daño al oficio.
Recuerdo que desde las primeras discusiones en las aulas universitarias la respuesta ya era contundente: el periodista informa, sólo informa. No es gestionador de nada (respuesta inmediata), ni tramitador o intermediario (periodismo con resultados) ni mucho menos literato o poeta (Roberto Bonafon o Jhonatan Carrera). Pero hay una nueva corriente que impulsa al periodismo como un género literario: el nuevo periodismo.
Para ello debemos identificar dos campos que tienen que ver con los géneros: Las noticias, donde la esencia misma del oficio no permite un periodismo literario pues con todos los aspectos técnicos y éticos de los que el periodista debe estar pendiente, no le dejan espacio para crear mundos irreales, inventados, figurados, al mejor estilo del realismo mágico.
Cito el siguiente ejemplo: José N., buzo de la Armada realizaba labores para rescatar el extremo de una dragadora en el embalse de Amaluza, de la central hidroeléctrica Paute. Una mañana de inmersión, el buzo, un sargento experimentado, no volvió más; todo un misterio pues se había desatado la cuerda de seguridad, que corría paralela a la línea de aire que le proporcionaban desde una barcaza en la superficie del lago. La nota salió titulada así: José N. se fue seducido por los cantos de sirena. Autor: yo. (Cuando planteo la discusión de cualquier tema, prefiero ilustrarlo en primera instancia con los errores que creo he cometido, la que me parece una posición ética)
Pésimo y horroroso título que buscaba mostrar, literaturescamente lo que se tenía como hipótesis: que José N. se había quedado con pocas reservas de oxígeno y poco antes de que se terminen totalmente empezó a alucinar y por eso se soltó de su línea de seguridad.
Con las observaciones de mis amigos lectores, empecé a entender que lo nuestro es únicamente informar, no parafrasear poetas, literatos ni nada. Tampoco tomar giros literarios, ni frases comunes las concebidas. Iniciarnos exclusivamente como informadores y nada más es nuestra obligación en el campo noticioso.

Al otro lado de la orilla está lo que los géneros identifican como crónica, reportaje... Pero es un periodismo mucho más transpirado, dedicado, nada copiado; mas bien alejado de las frases hechas, el lugar común y el plagio disfrazado -o con la venia de la cita- de otros autores que lograron crear algo y por lo tanto tienen ya la paternidad del recurso (García Márquez, Hemingway, El Pájaro Febres Cordero, etc).
El español Miguel Ángel Bastenier recomienda manejar realidades tangibles, no conceptuales. Los mandos medios deben evitar lo ridículo de un periodismo literario mal hecho. Eso es muy delicado., dijo el 16 de marzo de 2002 durante una serie de talleres que dio a los periodistas y editores de EL UNIVERSO.
Está claro, informar y no dedicarse a la creación de literatura o poesía barata. Ser más exigentes, alejarse de las frases hechas, transpirar originalidad si incursionamos en el campo de los géneros.

Veamos un ejemplo:

“Otra vez la mano amarga del suicidio golpea los corazones que no entienden por qué sus seres queridos se quitan la vida…

Franklin, con 20 años y una carrera de ingeniería electrónica, prefirió colgarse de unas escaleras en su casa en pleno Centro Histórico de Quito…

Qué hacer, cómo lograr que los jóvenes entiendan que son sus familias las que sufren y que sus vidas valen demasiado…cómo hacer que almas cómo Franklin no decidan encerrarse en sus habitaciones y escoger en la soledad de sus pensamientos el suicidio como salida a sus problemas…

Quizás algún día dejen de repetir lo que el bardo aquel decía: quizás la bondad única que recibí del orbe es la de ver muy claro mi propia pequeñez, el ocaso de mi alma ni una mirada absorbe ni una mejilla fresca baña de palidez…

Quizás algún día estas frases del poeta lejos de atizar la llama del suicidio más bien sirvan para reconfortarlos y se den cuenta que al final del túnel, allende el horizonte oscuro y desconocido, allá no está quizás para ellos el doloroso destino y que es en la lucha diaria contra la penas y las dudas donde está la verdadera salida a sus problemas…
Jhonatan Carrera, El Noticiero”.
(Entre estos párrafos iban intercaladas declaraciones de vecinos; y aunque intenta proteger la identidad del suicida, le pone el micrófono a un desconsolado hombre que hablaba para sí mismo, y en la parte inferior de la pantalla la frase: “Padre de la víctima…”)

La nota informativa fue emitida la noche del miércoles 12 de julio y, a más del texto de mal gusto, no aportaba informativamente en nada. Además, el sufrido reportero no reparó en el hecho de que una de las fuentes del suicidio es la imitación, por lo que tratar el tema tan sensacionalistamente puede provocar la reproducción de esta decisión entre quienes se hallan en crisis depresivas profundas, vulnerables a quitarse la vida, y que por ello es un tema que se debe manejar con mucha sensibilidad.
Nada de datos como fechas, horas, lugares; la opinión de un experto un motivador. Solo el registro de un suicidio y no el tema del suicidio tratado como un problema social. Solo poesía intercalada con imágenes.
Allí faltó la mano de un editor.

¿Y usted qué opina?

miércoles, junio 28, 2006

Periodismo Mundialista

Y la Selección llegó a casa.
Desde que inició su participación, y la participación de los periodistas ecuatorianos por cualquier medio: pull de canales, locutores de radio que pagan un tour y retransmiten desde los hoteles -claro engaño para quienes "financian" esos desplazamientos y para los oyentes-, etc; pensé que ameritaba una evaluación del papel que cumplen. Me refiero a los segundos, porque la Tricolor indudablemente que cumplió. Había que esperar y hoy lo mejor es reporducir el artículo del domingo 25 de junio, de César Ricaurte, publicado en su espacio La Caja, de diario El Universo:

Ir a un Mundial con la actitud de una liga barrial
Junio 25, 2006
César Ricaurte | ricaurte.cesar@gmail.com
Los reportes de las 22h30 que efectúan Alfonso Laso y Vito Muñoz desde Alemania se realizan con luz solar, propio de los amaneceres de verano en Europa. A esa misma hora, 22h30 (Ecuador), en Canal Uno se dice que también se transmite en vivo y vía satélite, pero el “show” de Marián y sus acompañantes se hace en penumbras. Más curiosidades, el logo de Los Mundialistas (Gamavisión, TC y Cable Deportes) tiene una enorme similitud con el escudo de ¡Barcelona!... cambian los colores, mientras las líneas verticales se han estirado y difuminado. ¡Qué creatividad!
“Se juega como se vive” fue una de las lecciones que dejó Francisco Maturana cuando pasó por Ecuador. El concepto es tan amplio y no obstante tan preciso que puede interpretarse de muchas maneras. El Pacho lo fue tejiendo en ese estupendo libro que se hizo de las conversaciones con José Hernández.
Una de las interpretaciones era que no se podía pretender el llegar a metas grandes, el alcanzar altos niveles de competitividad en ciertos momentos excepcionales si en el día a día no se hacen bien las cosas.
“Se juega como se vive” quiere decir que si en la semana no se hacen bien las cosas, el domingo es imposible hacer un buen partido.
La sentencia maturanesca tiene la virtud de que puede ser aplicada a todos los ámbitos y calza muy bien con lo que podemos observar para evaluar lo que está haciendo el periodismo deportivo en las transmisiones del Mundial y toda la información alrededor.
Algunos esperábamos, ingenuamente, que los profesionales de la comunicación deportiva elevaran su nivel habitual y estuvieran a la altura de las circunstancias. A la hora de la verdad han “jugado” como lo han venido haciendo internamente y por siempre: los más preparados, mejor. Los demás, con los vicios de siempre.
Hagamos un breve balance, uno por uno.
Para comenzar está La Tri. El consorcio de tres canales de TV y varias emisoras de Quito y Guayaquil es el que posee los derechos para transmitir los partidos del Campeonato Mundial. Analicemos lo que hacen sus narradores y comentaristas.
Jaime Antonio Alvarado plantea un estilo de narración impreciso, con abundantes errores en lo más básico, la pronunciación y el nombre de los jugadores en la cancha. A ello se añade el uso no justificado de extranjerismos, frases hechas y lugares comunes. Aunque, para ser justos, esto último es algo que se puede decir de la gran mayoría de comentaristas y narradores.
Existe el deseo de adornar la narración, como solían hacer los grandes del género. Lo que no se entiende es que para hacer algo así hay que dominar el idioma, haber leído mucho y tener una sensibilidad especial. En cambio, lo que suele suceder es que los “adornos” no pasan de los estereotipos, los lugares comunes, los prejuicios y algunos desafortunados artilugios verbales que repiten hasta el cansancio. “Tiro de pelota muerta” es una de la frases favoritas de Roberto Omar Machado. “Tiro de folha seca”, cuando se trata de un disparo con efecto o comba, es el recurso de Paco Álvarez. Y “le pegó de tres dedos”, repite Antonio Rodríguez, cuando el jugador se ha desprendido del balón con el borde externo del zapato.
Gerardo España, con su “golo” por gol y su “balono” por balón, lleva la locución deportiva al borde de la patología del lenguaje. Cuando grita: “¡oído país!, ¡oído país!”, hay cuatro posibilidades de interpretación:
a) Le han dicho algo importante por interno y está confirmando que lo ha escuchado.
b) Es una severa y casi surrealista contracción de una frase que se puede interpretar como, “prestad vuestros oídos, allá en el Ecuador, que tengo un anuncio importante”.
c) Que hay una nueva unidad de medida internacional similar al “riesgo país”. Sin embargo, no sabemos qué se evalúa exactamente con el “oído país”.
d) En verdad, el narrador quiere decir “oíd país”, pero con su defecto de pronunciación le sale este insólito “oído país”.
Entre los comentaristas está Marcos Hidalgo, quien –es triste reconocerlo– expone las frustraciones de la vieja guardia deportiva. Para él, las cosas siguen pasando porque la Selección tiene suerte, le favorece el azar y llega a anotar un “golcito”. Cuando eso sucede, pide con desesperación que el equipo se repliegue y por poco se metan los once hombres bajo el arco. O la reacción opuesta: basta con que el Ecuador esté perdiendo para que todo se derrumbe… ¿Se puede analizar un partido de fútbol con semejante sucesión de estados de ánimo? Pero ¿no es lo que suele hacer habitualmente?
Vito Muñoz en Alemania está haciendo exactamente lo que suele hacer casa adentro: practicar el autoelogio, anunciar exclusivas que se reducen a cualquier cosa (estadísticas o especulaciones) y ensuciar el ambiente previo de los partidos, por ejemplo, introduciendo sospechas sobre la imparcialidad del árbitro.
A estas alturas se puede afirmar que Alfonso Laso es uno de los poquísimos periodistas deportivos que puede narrar con solvencia y sobriedad o que puede comentar un partido sin perder la cabeza ni pretender protagonismo.
En esa misma línea, Carlos Alfaro Moreno ha demostrado que puede hacer lecturas adecuadas de los partidos. Byron Moreno ha aportado con visiones certeras y calmas de las jugadas polémicas. En cambio, Carlos Luis Morales no ha crecido: sus análisis siguen pasando por el “cuando yo era jugador”, que podría ser un valor añadido, no el único recurso de comentario.
En las próximas publicaciones de La Caja seguiremos analizando otros aspectos de las transmisiones mundialistas que es necesario mencionar.
Por ahora, se hace necesario llegar a algún tipo de conclusión.

¿Cómo tener un periodismo “mundialista”?
Junio 25, 2006
Seguimos, “se juega como se vive”: vuelven a aflorar las rencillas entre canales y el uso de zancadillas poco limpias, como que TV Cable emita una señal con fallas. Y por último la inexistencia total de narradores para TV y la dependencia de lo que hace la radio.
En definitiva, todos “juegan” el Mundial como lo suelen hacer casa adentro. Por eso la cuestión no es rasgarse las vestiduras por la mala calidad (que para muchos es papelón) de las transmisiones deportivas que se hacen en el Mundial alemán. El verdadero asunto es ¿cómo superar la actual mediocridad que predomina –no son todos, por supuesto– en el periodismo deportivo audiovisual y radial del país?
Gran parte de la responsabilidad recae en los mismos canales. Se debe dar paso a una renovación generacional urgente. No se puede seguir con “estrellas” del periodismo deportivo que no aportan nada o aportan en negativo. Pero ese recambio debe ir acompañado de un proceso de formación muy intenso.
Los gremios, en lugar de estar guardando el “espíritu de cuerpo”, deben acompañar los procesos de renovación con cursos, talleres, foros, discusiones. Será la única forma para que en el próximo Mundial el periodismo deportivo “juegue” con el nivel de un país que ya tiene presencia futbolística internacional.


Solamente dos perlas me gustaría acotar al análisis del cáustico y mordaz César:
María Teresa Guerrero -modelo obsesionada en mostrar de perfil sus enormes dientes- que funge de presentadora de televisión, al día siguiente de su retorno de Alemania hizo una nota sobre "los negritos que atendían entrevistas en inglés". Sí, como ustedes lo leen, estaba tan impresionada que dos jugadores afroecuatorianos atiedan entrevistas a la CNN, en inglés, que decidió hacer una nota sobre aquello. Fue una forma de medir su autoestima y los niveles de prejuicio que no solo ella, sino muchos, han demostrado tener sobre los integrantes de la Selección.

La primera perla de Guerrero fue cuando en la mesa de conducción de la retransmisión de la competencia de Jefferson Pérez en el Mundial de Marcha en España, ella preguntó: "¿Y si al atleta le da ganas de ir al baño?"

viernes, junio 16, 2006

El Ministro y la prensa

Revista número 60 Mundo Diners, correspondiente al mes de septiembre de 1995. Página 73, el periodista pregunta:

¿Qué cree que no se ha inventado y sería muy importante hacerlo?

El actual ministro de Gobierno, Felipe Vega de la Cuadra, en ese entonces “titiritero de profesión”, responde: “No se ha inventado aún el dilucidoscopio megasónico, aparato que lanzará un brutal chillido cada vez que un alto funcionario mienta sobre sus cuentas bancarias, respecto a la brecha (¿fiscal?) o sobre su moral. La idea existe, pero no se ha planteado por la inaguantable contaminación sonora que produciría”.
Que pronto se le olvidó al Ministro las intenciones de su invento: poner al descubierto el cinismo de los políticos que momentáneamente les ha tocado ejercer el poder, y mienten para mantenerlo. El “honesto titiritero” que hace 11 años proponía inventar “el dilucidoscopio megasónico, aparato que lanzará un brutal chillido cada vez que un alto funcionario mienta sobre sus cuentas bancarias, respecto a la brecha (¿fiscal?) o sobre su moral”, tenía razón, es mejor que no lo propongan “por la inaguantable contaminación sonora que produciría”, para usar sus mismas palabras.
Y es que el ex “titiritero” es ahora víctima de sus propios vaticinios, cuando en una entrevista en EL UNIVERSO admite haber mentido con una propuesta que regó mucha tinta en los medios impresos, y espacio en los audiovisuales: la prohibición de circular dos personas en una sola moto.

(Personalmente creo que el Ministro lanzó un poco al azar la noticia de la restricción para motociclistas, a los “diligentes” periodistas que se apostan en el Aeropuerto Simón Bolívar de Guayaquil a la caza de funcionarios públicos para que digan cualquier cosa y rellenar los noticieros. Lo de aparecer ahora como un premier maquiavélico que justifica que “así es la política”, seguramente es para dar la impresión de funcionario listo ante la avalancha de críticas).

La decisión de que solo una persona viaje en moto fue una estrategia política del Gobierno para desviar la presión de diferentes sectores sociales sobre el tema de la caducidad de la petrolera Occidental.
"No es maquiavelismo, así se juega en política",
dice el ministro de Gobierno, Felipe Vega de la Cuadra, al referirse a su controversial disposición. Se relata en EL UNIVERSO.

Años antes Vega participó en las elecciones de 1990 como candidato a diputado en representación del partido Liberación Nacional. Pero perdió. En una declaración de prensa, Vega se mostraba desilusionado de la política: Bueno, intervine en política como candidato a una representación legislativa por el Azuay, impulsado por los mejores ideales. Los resultados fueron conocidos por la ciudadanía. En este caso tenemos que trabajar bastante. Sin embargo, al observar lo que ocurre e el Congreso Nacional, mejor que ser diputado creo que es ser instructor de títeres, declaró en se entonces el actual ministro.

Pero bueno, el análisis no trata de ser únicamente político, sino de reflexión en el tratamiento informativo. Pese a las declaraciones del Ministro, creo que el papel de la prensa sale bien librado, porque todo el espacio y tinta dedicados fueron críticos con la absurda decisión. Paralelamente el tema de la petrolera Occidental también estuvo en escena, por lo tanto no desvió la atención, sino abrió otro frente.
La lección que esto deja es que siempre hay que pensar en la intencionalidad de las declaraciones de tal o cual funcionario; de tal o cual fuente.
Como suele decir el periodista Rubén Darío Buitrón, nada es casual, nada es inocente; todo tiene un enlace…siempre hay que dudar.

Y usted, compañero periodista, ¿duda?

miércoles, mayo 24, 2006

Periodistas de uniforme


A la redacción del diario llegó una inusual invitación: El tercer distrito de policía del Azuay invitaba a los periodistas del área judicial a inscribirse en un curso de "periodismo policial" con el objetivo aparente, o al menos así lo decía la invitación, de formar "reporteros de crónica roja".
Se trata de varias semanas de "instrucción" sobre lo que los periodistas deben saber sobre la cobertura de crónica roja. Luego de leer la invitación, y pensando en los nuevos comunicadores que se forman en las universidades, decidí contar mi experiencia.

Enero de 1995. Eran tiempos del conflicto en el Alto Cenepa. Los ejércitos de Ecuador y Perú se enfrentaban por una franja de terreno - seguramente también para justificar inversiones en los presupuestos de seguridad o modificar situaciones geopolíticas por intereses internos - por lo que el director de diario EL TIEMPO decidió enviarme al frente para la cobertura. Fue una de mis primeras asignaciones en mi recién inaugurado cargo de redactor.
Tomé una cámara de fotos, rollos de película, agenda de notas ¡y el uniforme que me habían dado oficiales del Ejército en un curso de reporteros de guerra cursado seis meses atrás!
En la garita del comando de selva 21 Cóndor, parroquia Patuca, decenas de periodistas del país e internacionles se agolpaban en busca de noticias oficiales. Hasta allá llegué con unos cómodos zapatos de media montaña, un pantalón militar camuflage y la camiseta del curso de reporteros de guerra. Entonces un greñudo y rubio periodista brasileño de la red O´Gobo que vestía una camiseta y bermudas café y sandalias de cuero, se me acercó y me lanzó una pregunta que me sumió en un insodable pozo de incertidumbres: ¿eres periodista...o soldado?
Terminé dando mi versión de cómo el Ejército ecuatoriano, medio año antes de que el conflicto se haga público, ya había preparado a un puñado de periodistas, a los que vistió de soldados, los humilló llevándolos a pasar pistas de resistencia al mando de sargentos y soldados al grito de "ahora sí te quiero ver licenciadito...", y los obligó a jugar a la guerrita dándoles armas para que disparen fusiles en polígonos de tiro...No faltaron recomendaciones de lo que se debía y no informar, y el tono en el que habia que hacerlo...al estilo de los periodistas hinchas en un partido de equipo local. (Uno de los instructores de tiro llego a ser gobernador del Azuay con Lucio Gutiérrez, o sea que ¿acaso tocaba cuadrarse antes de una entrevista con esa autoridad?)

Junto a la pista de aterrizaje de esa base militar, luego de la entrevista, sin pudor, me desnudé y me cambié el uniforme por la parada de civil que mi esposa había metido en la mochila que cargaba. Sí, a ese periodista brasileño y su entrevista le debo el hecho de haber abierto los ojos a una realidad que hasta ese momento, como periodista recién incorporado a un medio, había ignorado y por la cual hoy me siento obsesionado: la independencia de la fuente. Con ese cambio de ropa, también cambié mi conciencia.

Ahora llega la invitación para los reporteros policiales. Testimonios de "poliperiodistas" confirmaron que como parte de la graduación se les entrega credenciales para que puedan estar, con preferencia, en la escena del crimen.

¿Y usted qué piensa?

domingo, mayo 14, 2006

ENTREVISTA: Guido Moreno, la sensibilidad al micrófono



Guido Moreno, un comunicador riobambeño de las Escuelas Radiofónicas Populares del Ecuador, ganó en el 2005 el primer premio en el concurso de periodismo convocado por la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez y CEMEX, en la modalidad de radio.
Participó con el tema ‘Muerte en la basura’, una historia sobre cuatro niños indígenas de la parroquia Licto, que perecieron aplastados con desechos mientras dormían en un contenedor.
El trabajo de Moreno estuvo junto a otros 418 de Latinoamérica y fue escogido como ganador porque, según el jurado compuesto por María Elvira Samper (Colombia), Álex Grijelmo (España) y Héctor Feliciano (Puerto Rico), es un cuento bien hilvanado y narrado, cuya mayor virtud es que construye la historia a partir de las voces de los afectados.
Guido cuenta algunos detalles de su experiencia:

¿Cómo te enteraste de la historia?
Apenas llegué a la radio, cerca de las ocho de la mañana, una compañera de labores me dijo que había gente esperándome. Antes de preguntar qué pasó, ya estuve en la calle embarcándome junto a tres indígenas de la comunidad Santa Rosa de Tseseñag con rumbo al cementerio de Riobamba.
Los indígenas fueron a la radio para avisar a los familiares sobre la desgracia. Eran de la misma comunidad y conocían a los niños.
En el taxi me contaron brevemente sobre la muerte de los cuatro niños, después de haber sido echados del albergue de la Casa Indígena, a las once de la noche.

¿Cuál fue la planificación o el hilo conductor que decidiste seguir?
Fui por una noticia, o por lo menos esa era la idea cuando me envió la directora de la radio. Al llegar al cementerio encontré a las madres y mujeres de la comunidad llorando afuera del anfiteatro, algunos periodistas entrevistando a la gente, micrófonos que trataban de captar el llanto y cámaras de televisión que hacían primeros planos de los rostros de amargura.
En ese momento consideré que ese hecho era algo más que una noticia y que necesitaba ser descrito de mejor manera de lo que se estaba haciendo.
Una tragedia generalmente es abordada como un tema de crónica roja, pero al observar lo que pasaba en el entorno, consideré que era necesario ver este hecho desde el lado humano.
Creía que había que tratar el tema adecuadamente y no convertirlo en un hecho de primera plana o nota de apertura de un noticiero.

¿Sentiste que te fue difícil entrevistar al sobreviviente?
El momento más difícil de todos fue entrar al anfiteatro para observar a los niños fallecidos. Sabía que debía hacerlo, para tener una visión completa de lo que sucedió, pero no me decidía porque consideraba que esos rostros no los iba a olvidar por el resto de mi vida. Y así fue.
Estuve como 20 minutos meditando afuera con tristeza y le pregunté a un colega si ya había ingresado y me contestó: "nooo…ya cogí todos los datos, para que voy a entrar". Esa respuesta me convenció de que mi trabajo no estaría completo si no me atrevía a ver a los niños.
Ingresé solo y estuve unos minutos solo en el interior, sin tomar ningún apunte. No era necesario para recordar esa escena. Tres minutos después ingresaron algunas cámaras y periodistas que comenzaron a disparar el flash sobre los cuerpos. Salí de inmediato y me propuse contar una historia con dignidad para esos niños. Una dignidad que les arrebataron cuando estaban vivos y cuando estaban muertos.
El sobreviviente fue el último en ser entrevistado y si fue muy difícil. No sólo por el impacto emocional después de recorrer toda la ciudad y reconstruir la tragedia, sino también porque lo encontré junto a varios adultos en el lugar mismo de la tragedia.
Yo había regresado para observar nuevamente el lugar y él para indicar a sus familiares donde estuvo la noche anterior. Hablé con la madre y accedió a que fuera entrevistado.
Conversé un momento antes de comenzar a grabar y luego me contó lo sucedido. El niño no hablaba muy bien castellano y me parecía que le era difícil expresarse en ese idioma.
Aunque no se kichwa, lo entiendo un poco. Le pregunté si quería hablar en su idioma. Consideraba que luego alguien me lo podría traducir para entender mejor lo que me diría. Antes de que me conteste, un adulto lo tomó por el brazo y se lo llevó. El hombre giro su cabeza y me preguntó: ¿y cuánto vas a pagar? Le dije que nada… Se marchó un tanto molesto y el niño desconcertado.

¿Qué buscabas? Culpables, información, desnudar una realidad, poner en evidencia una crisis de esa región del país en función de la noticia de los niños?

Algunos de mis colegas preguntaban insistentemente quién es el culpable. Yo consideraba que el papel fundamental de mi trabajo era contar qué paso y por qué pasó.
Al final creo que salió bien la descripción de cómo sucedió la tragedia; pero todos se preguntan, cuando escuchan el reportaje, si hay responsabilidad compartida de la sociedad por esa forma de tratar a los niños trabajadores.
No hacía mucha falta desnudar la realidad luego de entrevistar a los implicados y todos declararse sin responsabilidad en el hecho; además, de presentar algunas estadísticas y las condiciones en la que viven los niños en las calles.
Creo que todos somos responsables de esa tragedia, en su mayoría lo somos por omisión. Los periodistas por contar esas historias sólo cuando sucede una desgracia, por no recordar a la sociedad que el trabajo infantil está prohibido, por no revelar que existen empresas que fomentan el trabajo infantil o por el simple hecho de hacernos lustrar los zapatos por esos niños que deben estudiar y jugar en lugar de cumplir otras labores.

¿Qué le falta a los noticieros radiales a la hora de diseñar sus agendas?
Acercarse más a la gente, recoger sus opiniones, presentar otros puntos de vista de los tradicionales.
No solo en las radios, sino en todos los medios de comunicación la coyuntura marca el ritmo y nosotros intentamos seguir el compás de la actualidad. Generalmente la búsqueda incesante de la primicia y la noticia no nos permite detenernos a observar a nuestro alrededor, donde se tejen historias que podrían estar presentes en los medios.

¿El oficialismo se ha tomado todo el espectro de la comunicación?
Así es y es un problema serio. Muchas veces los periodistas consideran que sólo una autoridad puede hablar sobre un determinado tema. Nos hace falta esforzarnos más por encontrar otras fuentes alternativas y no solamente las tradicionales.
En realidad por esa forma de hacer comunicación la gente también cree que lo único válido es la palabra de las autoridades. Creamos verdaderos personajes que luego se convierten en funcionarios públicos de elección popular permanente.
Incluso al intentar cambiar las fuentes muchas personas creen que no son aptas para ser entrevistadas, porque sólo el oficialismo está presente en los medios de comunicación.

¿Voces…más voces…esa es la oportunidad de la radio?
Precisamente, ese es el mayor valor de la radio. En ella hablan los niños, los ancianos, los jóvenes y el micrófono esta listo para quien lo solicite. Olvidar esa función sería desperdiciar el medio.
Mientras más voces existan, la sociedad se siente más identificada con una radio. Se reconoce en el medio, sabe que sus opiniones son tomadas en cuenta y que puede acudir fácilmente para buscar ayuda y decir su palabra.

¿De qué debe alimentarse el periodista de radio?
De las calles. Respirar, ver y escuchar a la calle. Solo el contacto directo con la realidad te permite describir adecuadamente lo que sucede y ponerlo al aire en el medio de comunicación.
Quien piensa que puede hacer radio solamente desde una cabina esta equivocado. Si no existe contacto con lo que sucede afuera no puede entender completamente la dinámica de la sociedad.
Otro punto importante es leer. Leer absolutamente todo lo que llegue a tus manos. Leer debe ser un ejercicio constante que te permitirá enriquecer tus conocimientos y te facilitará el trabajo.

¿Luego del premio de la FNPI, cómo ha evolucionado tu trabajo?
El compromiso es el mismo, solamente que ahora mucha gente presta mayor atención a lo que hago.
Otros periodistas también se interesan en como mejorar sus trabajos para radio y me solicitan ayuda o algún consejo.
Mi trabajo sigue siendo el mismo, pero cada día hay que empeñarse en ser un mejor observador, en escuchar más allá de las declaraciones, en investigar sobre lo que se va a escribir y presentar en la radio.
Con vocación, pasión y ética, se puede honrar a este oficio y la sociedad llega a reconocer ese esfuerzo diario y riguroso, que es la esencia de un periodismo responsable.

sábado, mayo 06, 2006

Carlos Pérez Perasso, más que el nombre de un puente en la memoria…

Recuerdo la primera vez que lo enfrenté. Tan sencillo. Tan amigable.
“Mi querido amigo, primero déjeme conocerle”, me dijo cuando juntos revisamos el proyecto de crear una oficina para la corresponsalía de EL UNIVERSO en Cuenca.
En menos de dos meses me conoció y sin demora equipó una oficina completa.
Una mañana, cuando trabajaba en aquella oficina de la Casa Azul, en el Centro Histórico de Cuenca, recibí una llamada suya: “Querido Ricardo, quiero invitarte a que almorcemos juntos en el Diario”, dijo. Al día siguiente, en el comedor de los directivos, me di cuenta que había más invitados especiales. Entre ellos el presidente de la República, Gustavo Noboa Bejarano. Así trataba don Carlos a sus empleados. Poniéndolos a su altura. Tratándolos como seres humanos, y él era un gran ser humano.

Recuerdo la última vez que lo vi. Era una tibia tarde en Guayaquil, dentro de la redacción del Diario. Trabajaba como editor y él había regresado de un largo tratamiento médico en Miami. Una nube de empleados lo rodeaba; querían saludarlo, estrechar su mano. Curioso, en mi puesto, sentía tanto respeto por aquel hombre, que me conformaba con mirarlo de lejos. Entonces varios de los empleados que lo rodeaban apuntaron sus dedos índices hacia donde estaba. Don Carlos había preguntado por mí, quería agradecer por haber dejado Cuenca e integrar su equipo de trabajo. “Es un gusto tenerte acá, desde hace mucho lo deseábamos y me han confirmado que no nos equivocamos”, dijo.
Nunca olvidaré esas palabras.
Don Carlos será para varios de los que lo conocimos, mucho más que el nombre del nuevo puente de la unidad nacional.

Discurso del ex presidente Gustavo Noboa el día de la inauguración del puente Carlos Pérez Perasso
“Carlos Pérez Perasso, un hombre de periodismo y además un caballero, un hombre de una visión y algo que lo sabemos los amigos: de una sencillez impresionante. Ustedes lo veían vestido con unos trajes tipo uniformes que se ponía, sencillo, nadie podía pensar que atrás de esa sencillez de vestir había un hombre que había creado con la herencia cultural de su familia y de su padre, un verdadero imperio periodístico en el mejor de los términos. Un hombre que jamás levantó la voz; hablaba suavemente y lo hacía así en momentos de cumplir 80 años el Diario. Este hombre es el que nos da el nombre a este puente sobre el río Daule, que ha sido querido por nosotros.
Este hombre es el que le da el nombre y lo hago con gran satisfacción de guayaquileño y estoy seguro de que toda mi ciudad está de acuerdo con ello. Aquí están presentes su esposa, su familia, y están presentes sus hijos y sus hijas. Falta Carlos, que no ha podido estar aquí. A ellos, el que el padre dé nombre a esta obra maravillosa, lo único que hago es comprometerlos.
Comprometerlos a seguir trabajando, a seguir luchando como grupo familiar para mantener siempre en alto el nombre de EL UNIVERSO, porque hablar de Guayaquil es hablar de EL UNIVERSO y hablar de EL UNIVERSO es hablar de Guayaquil.
Así que mis queridos amigos Pérez, jóvenes todos hombres y mujeres, les dejamos una antorcha para que sigan iluminando a toda la colectividad ecuatoriana, que la verdad ilumine siempre a EL UNIVERSO y que ustedes sean consecuentes como lo son, con esa historia de una familia que ha hecho del periodismo no solo una vocación, sino una forma de orientar a todo el conglomerado de la ciudad de Guayaquil y el Ecuador”.

lunes, abril 24, 2006

Periodismo bueno o malo

DIARIO HOY
DEFENSOR DEL LECTOR
Por Carlos Jijón *

La última edición on line de Periodistadigital.com (una de las mejores páginas en Internet sobre el mundo del periodismo) reflexiona, a propósito de la Internet como vía de comunicación, que hay que tener claro que no existe oposición entre periodistas digitales vs. periodistas de prensa; ni existe periodismo “militante” vs. periodismo “objetivo”. Que lo único que existe es periodismo bueno vs. periodismo malo. La página cita una conferencia de Rubén Darío Buitrón, ex editor general del diario El Universo y director de noticias de Ecuavisa. El buen periodista, escribe Buitrón, es aquel profesional capaz de orientar al lector en sus dudas y en sus tribulaciones, desde las más domésticas y simples, hasta las más decisivas para el lector como individuo y para la sociedad a la que pertenece.
La reflexión viene a cuento en estos días, a un año del 20 de abril, una jornada en que el periodismo cumplió un papel fundamental, reflejando, al mismo tiempo, las contradicciones de una sociedad fraccionada. ¿Fue periodismo lo que hizo Radio La Luna? ¿O fue militancia? ¿Existe el periodismo militante? ¿Es periodismo el analizar los hechos desde un único punto de vista, sin permitir la opinión de aquel a quien se critica? ¿En qué punto el “periodismo militante” se convierte en propaganda? Mientras que por otro lado, ¿era periodismo objetivo lo que hacía la mayor parte de la televisión al ignorar la magnitud de la protesta de abril? ¿De qué manera podemos distinguir entre objetividad y complicidad?
El tema es de candente actualidad, no solo por el primer aniversario de la caída de Gutiérrez, sino también por un tema que ha puesto en entredicho la capacidad de la prensa para informar sobre los procesos fundamentales por los que atraviesa el país: la negociación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. ¿Ha podido la prensa explicar a la sociedad todo lo que está juego con la negociación del TLC? Durante casi tres años, la “prensa militante” no ha informado; ha hecho propaganda. Ha mentido de manera deliberada; ha satanizado el proceso. ¿Qué ha hecho la prensa objetiva? No mucho, a juzgar por las encuestas que demuestran que la mayor parte de los ciudadanos no tiene idea de qué es lo que se negocia, ni cómo se va a beneficiar o perjudicar con la firma del tratado.
No. No existe periodismo “militante” vs. periodismo “objetivo”. Lo único que existe es periodismo bueno o periodismo mal hecho. Tampoco se puede hablar, como precisa Periodistadigital.com, de que existan innovadoras especialidades académicas como el periodismo de precisión o el periodismo de investigación, cuando estas dos supuestas especialidades son, justamente, elementos esenciales del periodismo de siempre, del buen periodismo de toda la vida: ético, riguroso, balanceado, inteligente, batallador (es decir, preciso y de investigación).
No creo yo tampoco que existan mayores diferencias entre la prensa escrita, la televisión o el nuevo periodismo virtual. Insisto, lo único que existe es buen o mal periodismo. El buen periodismo, cito nuevamente a Rubén Darío Buitrón, el que no pierde su esencia ética ni sus principios de calidad y responsabilidad social, el que tiene la capacidad de visión y perspectiva de la realidad y del mundo, estará siempre vigente, sea cual fuere el medio a través del cual le corresponda transmitir sus noticias. Como cita Buitrón al periodista británico David Randall: “la información se puede transmitir sobre papel, a través de ondas, mediante cables de fibra óptica, vía satélite o por telepatía. Alguien siempre tendrá que filtrarla, investigarla, comprobarla, cuestionarla, escribirla y presentar unos resultados tan dignos de confianza como sea posible”. ¿Quién se encarga de esta tarea? El periodista universal, responde el propio Randall.

* Carlos Jijón es director nacional de noticias en Ecuavisa

miércoles, abril 19, 2006

El periodista y su casa de cristal

El Manual de Estilo y Redacción de El Tiempo de Bogotá inicia con una máxima de Eduardo Santos, directivo del matutino colombiano:
“El escritor de un diario debe vivir en casa de cristal”.

Luego de los últimos acontecimientos relacionados con la conducta de los periodistas -especialmente de radio- en el caso Luna (Vinicio Luna, coordinador de la Selección del Ecuador está detenido acusado de coyotaje con las visas que Estados Unidos otorgaba a la delegación ecuatoriana) me atrevería a modificar esta máxima:
El periodista debe vivir en casa de cristal…
El silencio de ciertos sectores de la prensa ha resultado sospechoso.
Al deslindar responsabilidades, el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga Acosta, ha dicho que la selección hizo varios “favores” a personas ajenas al combinado; algunos de los beneficiados fueron periodistas.

Ahora bien, en medio de las investigaciones periodísticas que emprendió la prensa nacional, se destapó otro escándalo que involucra a dos periodistas radiales de Cuenca: Guifor Trujillo y Leonardo Guillén, ambos de radio La Voz del Tomebamba.
Los dos reporteros tramitaron una clave de acceso a internet, en la Federación Ecuatoriana de Fútbol, para ingresar a los formularios de inscripción en línea y obtener las acreditaciones de la FIFA para el campeonato mundial Alemania 2006. Estos documentos se otorgan únicamente a periodistas de prensa escrita, y ellos tomaron, sin autorización, el nombre de EL TIEMPO y se registraron como reportero (Trujillo) y fotógrafo (Guillén).
El Diario reaccionó y deslindó públicamente su responsabilidad de haber permitido que dos periodistas de radio, se acrediten como sus enviados, y exigió a la Federación que explique cómo lograron obtener la clave de acceso sin tener una autorización por escrito del gerente de EL TIEMPO.
Los involucrados pidieron disculpas por escrito al medio de comunicación…

*

El problema de este asunto, que podría calificarse de abuso de confianza, es que involucra a dos periodistas que han estado en varios mundiales, con más de 30 años de experiencia, muy reconocidos en el ámbito deportivo y líderes de sintonía en Cuenca.

¿Exceso de confianza? ¿Ingenuidad? ¿Viveza criolla?

O nos olvidamos que el periodista debe vivir en casa de cristal…

¿Y usted qué opina?


La sección deportiva de EL UNIVERSO recogió así la información:

Acreditaciones para el Mundial en entredicho

Abril 19, 2006
Sandra Ochoa, redactora | CUENCA

Las acreditaciones de los periodistas de medios impresos para ir al Mundial de fútbol generan polémica, luego de que dos reporteros cuencanos reconocieron su error de inscribirse en representación de una entidad sin pertenecer a ella.
Este fue el caso de Guifor Trujillo y Leonardo Guillén de radio La Voz del Tomebamba, que obtuvieron acreditaciones por diario El Tiempo, cuyos directivos señalaron que ellos no laboran en la empresa.
Los dos periodistas cuencanos Guifor Trujillo y Leonardo Guillén de radio La Voz del Tomebamba, que aparecieron en las listas de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) como acreditados para cubrir el Mundial de Alemania por diario El Tiempo, sin pertenecer a esa empresa, reconocieron haber cometido un error.
Ambos aceptaron que se inscribieron en la página web de la FIFA como periodistas del diario para obtener los cupos que faltaban.
Trujillo aseguró que el 15 de enero pasado recibió una llamada telefónica de Pedro Mauricio Muñoz, relacionista público de la FEF, quien le informó que era el último día de inscripción y solo quedaban dos cupos: uno para periodista y otro para fotógrafo.
La cadena conformada por RedTeleSistema, Teleamazonas y Ecuavisa, denominada 'La Tri', tiene los derechos exclusivos para la transmisión de radio y televisión del Mundial y los cupos que restaban eran únicamente para medios de prensa.
"Es un error de buena fe, que lo cometimos por la premura del tiempo, pero mi compañero (Trujillo) se comprometió a informar sobre la situación a los directivos del diario cuando obtengamos la acreditación", manifestó Guillén.
El director y gerente de El Tiempo, René Toral, aseveró que no tramitó, ni solicitó cupos para acreditar a periodistas de su medio de comunicación. Acotó que Trujillo colabora con una columna que lleva su nombre en la sección deportiva, pero descartó que sea parte de la empresa.
Además, adujo que el viernes pasado remitió un comunicado a Luis Chiriboga , presidente de la FEF, y le solicitó el retiro de los cupos entregados a los dos periodistas.
"Envié información de las coberturas hechas en los mundiales de Estados Unidos 94, Francia 98 y Corea-Japón 2002 para diario El Tiempo", dijo Trujillo, pero Toral negó que dichas coberturas las realizara como reportero de su empresa.


Gremio periodista del Azuay reclamará a la FEF

Abril 19, 2006
CUENCA

El Círculo de Periodistas azuayo pedirá manejar las acreditaciones al Mundial.
El presidente del Círculo de Periodistas Deportivos del Azuay, Manolo Vásquez, reclamó ayer a la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) el manejo de las acreditaciones para comunicadores frente a la cobertura de la Copa del Mundo de Alemania 2006.
“Desde que la FEF asumió la responsabilidad de entregar credenciales para la cobertura de eventos deportivos, existe malestar en los gremios porque mucha gente sin relación con el oficio accede a esos documentos y no es justo”, expresó Vásquez.
El reclamo lo hizo por los casos de los periodistas Guifor Trujillo y Leonardo Guillén, ambos periodistas de radio La Voz del Tomebamba, que pidieron a la FEF la clave para acreditarse en la página web de la FIFA como reporteros de diario El Tiempo.
Trujillo también labora en Unsión Televisión y Guillén en ETV Telerama.
Vásquez aseveró que los dos periodistas no utilizaron el nombre del gremio que preside y dijo que las aclaraciones con respecto haberse hecho pasar como periodistas del diario deben realizarlas exclusivamente los involucrados.
El relacionista público de la FEF, Pedro Mauricio Muñoz, manifestó que se le entregó la clave a los periodistas para que se inscribieran ante la FIFA porque conocía que anteriormente habían colaborado con diario El Tiempo, de Cuenca, en coberturas de mundiales pasados.
Muñoz señaló que ya recibió la comunicación del director de diario El Tiempo, René Toral, para que se les retire los dos cupos (al Mundial) a los comunicadores.
“Hay periodistas que laboran en medios audiovisuales, pero que ahora van a colaborar con las revistas y medios escritos como el caso de Diego Arcos”, explicó. Agregó que “en algunos casos nosotros recibíamos las solicitudes de los medios, como lo ha hecho la mayoría, o la propia empresa o los periodistas confirmaban verbalmente que sí iban, y en la Ecuafútbol se adelantaban las gestiones para entregarles las claves y así no perdían el cupo”.
Muñoz refirió que el último día (15 de enero) llamó a Trujillo para recordarle que se cerraban las inscripciones y él le dio los dos nombres. “La FEF no puede investigar si ese periodista es o no está contratado por la empresa”, reiteró.

viernes, marzo 31, 2006

Las acusaciones del oficio

María Isabel Punín *

a.- Mucho se habla sobre la influencia de la televisión en la educación de los niños o sobre el papel que los medios deben cumplir, nótese que la palabra alude a mitad, partido, o dividido, apelando, la mayoría de las veces, a su responsabilidad social. Culpando a los medios de todos los males.
Será culpa de la televisión, que sin mayor esfuerzo sea la niñera más eficiente del mundo, será culpa de los lectores que su contacto periódico del día sea para matar un par de moscos.
Es fácil criticar a la prensa sin ser parte de ella, ya lo decía Rubén Darío Buitrón, ex director de noticias de ECUAVISA “la prensa –seria- no tiene derecho a criticar las propuestas sensacionalistas, porque no ha hecho nada para contrarrestarlas….La gran falla de la prensa “seria” en el Ecuador está en no acercarse a la gente, en no ponerse en sus zapatos, en creer que está varios niveles más arriba de la gente” (1)

Hay otros que por su parte, quieren que los periodistas, que en muchos de los casos somos los seres humanos más imperfectos, aunque algunos de pantalla nacional, en especial, intenten parecer lo contrario, que seamos una especie de ángel de los tiempos modernos, cibernéticos, trilingües, objetivos, estadistas y guapos por supuesto como condición primaria.

O por último, hay quienes piden, que los periodistas sean lo más parecido a las “chicas superdorosas¨ ahora que la feminización de la profesión es un hecho, aunque en Loja la misión de estas -poderosas mujeres - no sea precisamente ayudar al alcalde. Hemos llegado a un clima donde el parecer importa más que el ser, y eso debe preocuparnos.

Quizá las cosas aquí en Loja, en el Villonaco, o simplemente en la vuelta de esquina serían diferentes, si la actitud y predisposición a la prensa fuera distinta.

Cito al maestro del periodismo polaco RYSZARD Kapuscinski que decía “Creo que para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buen hombre, o una buena mujer: buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias (2)
Los cínicos no sirven para este oficio, dice Kapuscinski, y no importa dónde estén, si son reporteros, dueños de los medios, accionistas, libretistas, en fin. Porque ante todo y después de la tecnología, el periodismo es un encuentro sincero, honesto, bondadoso y fraterno de los hechos con los ciudadanos.
Y esto, quizá a los periodistas en ejercicio, les parece literatura barata, pero a mi criterio se vio de cuerpo entero en la caída de Gutiérrez, Quito se llenó de “reporteros de emergencia”, ciudadanos comunes que querían aportar con su trabajo a la fidelidad de los hechos.

Cuándo hablo de la bondad y de la ética del oficio, no me refiero aquellos seudo-periodistas notarios cansados de las desgracias nacionales (3), que se limitan a cubrir las fuentes oficiales, o simplemente estar en contra de las mismas, a titulo de asesores de prensa, relacionadores públicos, etc. pasando por la vida por pasar. Hablo del periodismo en serio, del que se lleva en la piel.

Sí, es momento de exigirle a la prensa mirar la subjetividad individual de su oficio y olvidar aquello que Fernando Rielo llama” Comunicación egotica” (4) es decir mi yo, mi mundo, que no llega a la otra esquina, pero yo soy periodista y como tal tengo tenga una capacidad profética y digo la última palabra.




Si algo que debemos exigirle a la prensa, es pasar por la ciencia y la verdad, después de todo y como decía Albert Einsten “La totalidad de la ciencia no es más que un refinamiento del pensamiento cotidiano”.
La cotidianidad está en la gente común, en la gente que en silencio trabaja, y que no espera el noticiero nocturno para tomar el rumbo de su vida, puesto que casi nunca ve al menos reflejo de su historia, sino por el contrario, casi siempre, están sus miserias.

Yo siento que la ciudadanía espera un medio que no lo considere tan provinciano como para mostrarle los ascensores, los baños públicos o las rutas del tren del primer mundo. Ni tan globalizado como para hablar de la mecánica cuántica, en lenguaje científico; simplemente la ciudadanía espera un medio a la altura de gente.

b.- El poder de las audiencias
Los medios han sufrido una inusual revolución desde el aparecimiento de la Internet. El monopolio de las frecuencias no es igual que ayer, para leer un medio impreso no hay que comprarlo, y hay películas a la carta, piratas, si, pero baratas al fin y al cabo.
Más allá de la tiranía del zapinng, y insulto cotidiano que reciben los productores televisivos, que logran que su público al menos recuerde el canal en que vio tal o cual noticia o reportaje, el desencantamiento de las audiencias con los medios, es profundo, y no responde a la inocencia del primer amor, sino por el contrario juega en el terreno de la infidelidad y la irreverencia.
La audiencia ya nos los cree dueños de la verdad, acaso alguien puede negar el poder de expresión anti-medios de los blogs, o la dureza de los observatorios de medios. En Ecuador, por ejemplo “prensa corrupta” por citar uno.


El rápido crecimiento de las nuevas tecnologías y su abaratamiento en costos, han hecho que una nueva forma de comunicación ingrese para quedarse en la llamada sociedad del conocimiento. Esa sociedad a la cual el Ecuador y Latinoamérica ha aportado muy poco, de hecho “la contribución

de Latinoamérica a la producción bibliográfica, media como número de artículos en revistas indexadas es menos del 1% de la literatura mundial” (5) y mientras ese escaso 1% no esté en la agendas de los medios nada habrá cambiado.

Se leen titulares en la web, se reciben noticias cortas en el celular, y cuando los chicos quieren desconectarse de la radio local, que escucha el chofer el bus, toman sus audífonos y se desconectan en segundos de los medios poderosos, temerarios, y caducos, porqué al final del poder siempre está en manos de la audiencia.

Mientras la tecnología, sea la posibilidad que yo envíe un mensaje de texto, vía celular, a la radiol, falseando mi identidad y con el objetivo de denigrar. Estamos en problemas, pero no solo los medios, TODOS. Y debemos reclamar al periodista que a titulo de defensa del pueblo, de aquellos que no tiene voz, permite tal situación. ¿Pero cuántos de nosotros estamos dispuestos a hacerlo?

Si los lojanos, somos tan pobres-en toda la extensión de la palabra- como para dejar cuánto menos 10 mil dólares, en manos del Notario Cabrera, retornando con un papelito arrugado con un sello de carita feliz, como garantía, estamos en problemas todos, insisto. El sector educativo, los padres con su modelo ético, las autoridades locales, aquellas que libremente elegimos y por supuesto los medios.

c.- El eterno tema del papel de los medios en la educación

Las nuevas tecnologías, al igual que la radio, la televisión o la prensa, no son ni buenas, ni malas sino todo lo contrario. Quiero decir con esto que depende del uso que se les de, por ello insisto estamos todos en problemas.

Es verdad que en la Internet se pueden encontrar cientos de miles de páginas basura, pero también es cierto que es mucho más fácil, por ejemplo, encontrar la acepción correcta de una palabra ingresando al portal de la Real Academia de la Lengua, herramienta sencilla que podría mejorar el trabajo de la prensa.
Los norteamericanos, por ejemplo, han desarrollado su Internet 2, que es una red de computadoras dedicadas exclusivamente a la investigación y el conocimiento. Los europeos no se han quedado atrás y tienen a Geant, una forma para de los académicos puedan mantenerse en contacto, evitando toda la basura de la red.
En América Latina este esfuerzo se va concretando a través de la Red Clara, a la cual el Ecuador se acaba de conectar hace una semana, pero ¿Están los medios dispuestos a ingresar a estas bases como fuente y referencia de consulta?

El medio es un medio
Claro está que los medios no solucionan nada por si mismos. Imaginémonos que los canales de televisión ceden sus espacios triple A para fines educativos.
Los contenidos que debemos presentar, que no pueden ser aburridos, deben ser relevantes. Es decir, tendríamos que usar la televisión para educar pertinentemente, y es algo para la cual no estamos preparados del todo.
Pero tengo la firme esperanza que esta Universidad va por buen camino, ahora mismo VIA Comunicaciones produce para la televisión española, y alimenta noticiosamente al periódico “El Dorado” un producto periodístico diseñado para la comunidad latina que vive en España.

Los nuevos medios de comunicación serán más eficientes para los fines educativos en la medida en que los maestros y los periodistas lean más, los entiendan mejor y no consideren a su público morboso y escéptico.
Y si los medios no cambian volveremos a tener a otro Bucaram o Gutiérrez en el poder, y el síndrome de Rocky 8, se repetirá en el Ecuador es decir ¨el boxeador de ínfima categoría, fracasado, que desafía al campeón aunque sabe que será golpeado brutalmente, le queda el contento de que su nombre haya aparecido en los carteles y en la televisión junto al triunfador”.
Y estudiar periodismo será asomar en pantalla y hablar de un par de intimidades de un tipo que por causa del azar, y la ignorancia es parte del ¨jet set nacional”.
Mientras la noticia Light se convierte en telenovela, y la telenovela en tele basura y el periódico del día en mata moscas, el otro resto de la patria, probablemente el ecuatoriano esquizofrénico, preferirá volver a casa, abrazar a los suyos y dormir en silencio.
Quizá es momento de creer y empezar a luchar por la construcción del país del habla Jorge Enrique Adum ¨ Creo en un país donde la armonía de palabras, sonidos, cuerpos, formas y colores sea el milagro repetido cada día para todos y entregado a manos llenas, como lluvia, como sueños, como panes. Creo un país donde seamos capaces de mirar por sobre el hombro de la ruina que queda a nuestra espalda, y construyamos un paisaje luminoso para todos”(6).

Para ello cada cual, la Universidad, los medios, los jóvenes debemos comprometernos pero de verdad. Puesto que la lo advirtió Cristo el mejor maestro de todos los tiempos “Un reino dividido no subsiste”.

* Investigadora de la UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA

EFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1.- Entrevista Sección Cultura y Espectáculo. El sensacionalismo en la TV azuza la percepción de inseguridad. Diario El Comercio.
2._RYSZARD Kapuscinski. Los cínicos no sirven para este oficio.
3.- HERNANEZ. José, Periodismo: oficio imposible? Introducción Edgar Jaramillo
4.- RIELO Fernando, Dejarse divinizar por Dios…Educación para la unidad humana
5.- BUNGE. Mario 19984 Los siete pecados capitales de la nuestra universidad
6.- ADUOM Jorge Enrique, Ecuador Señas particulares. Creo en un país. Pag. 312 y 313.

viernes, marzo 10, 2006

El triple filtro de Sócrates

En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría (de hecho su frase favorita era "yo solo se que nada se") y por el gran respeto de todos.
Un día un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo:
- ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
- Espera un minuto -replicó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir...El primer filtro es la verdad. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
- No -dijo el hombre- realmente solo escuché sobre eso y ...
- Bien -dijo Sócrates- entonces realmente no sabes si es cierto o no. Ahora permíteme aplicar el segundo filtro, el de la bondad ¿Es bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, por el contrario...
- Entonces deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. Pero...podría querer escucharlo porque queda un filtro: el filtro de la utilidad ¿Me servirá de algo lo que vas a decirme sobre mi amigo?
- No, la verdad que no...
- Bien -concluyó Sócrates- si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo?

martes, febrero 28, 2006

¿Es posible un periodismo más riguroso?


Los periodistas Rubén Darío Buitrón y Fernando Astudillo presentaron, el pasado mes de enero, el libro "Periodismo por dentro" -grata coincidencia con el nombre de este blog que de cierta manera deja ver que estamos formados de la misma escuela- La obra debe ser consulta obligada para todos quienes ejercemos el oficio de comunicar, incluidos los estudiantes y el ciudadano común, que debe conocer más sobre sus derechos frente a los medios de comunicación.
El domingo 26 de febrero diario El Universo consultó a Carlos Vera su opinión sobre el libro y la respuesta se condensa en dos palabras: Periodismo ideal.

Para tener nuestra propia opinión deberíamos seguir los siguientes pasos: leer el libro (lamentablemente ya se agotó, pero uno de los autores asegura que saldrá una segunda edición); revisar el comentario de Vera, y por último la respuesta de Buitrón.

¡Trabajo interesante para seguir en el debate de si un periodismo más riguroso es posible!
Ricardo Tello


El libro que estoy leyendo

Carlos Vera *
Estoy leyendo el libro Periodismo por dentro, de Fernando Astudillo y Rubén Darío Buitrón, y contrastando la teoría con la práctica. Si los periodistas nos pusiéramos a contrastar la noticia por lo menos con tres fuentes, como señalan, en vez de procesar lo que se ha conseguido, nunca publicas nada. Es un buen ensayo, una buena propuesta, pero absolutamente debatible. Hay que crear las condiciones para que se haga ese periodismo que plantean, que debería llamarse periodismo ideal, y que creo que ni en Estados Unidos se da. Hay que estar conscientes de nuestras limitaciones. Esto tiene que ver con la especialización, con el presupuesto que destinan los medios. Me sentí con cargo de conciencia, pero también aliviado, porque pocas veces me sujeto a lo que es recomendable.
* Director del noticiario ‘Contacto directo’.




La respuesta de Rubén Darío Buitrón:**
1. Carlos Vera dice que no saldría nada en la prensa si los medios siguiéramos ese "periodismo ideal" que planteamos nosotros, por ejemplo contrastar la noticia con al menos tres fuentes. ¿No será que, precisamente por no hacerlo, cometemos errores, escandalizamos, lanzamos al aire "exclusivas" que luego se pierden o no se las hace seguimiento, hacemos daño a gente inocente y, para colmo, no rectificamos ni devolvemos el honor a quien hemos perjudicado con la difusión de versiones antojadizas?
2. ¿No será que precisamente en el país no se hace buen periodismo porque todo es al apuro, porque casi nada se contrasta, porque hay, en la mayoría de casos, facilismo, unifuentismo, reportería ligera, coberturas cómodas y convencionales, de poca profundidad, escasa confrontación y cero investigación?
3. A línea seguida puntualiza, sin embargo, que "hay que crear las condiciones para que se haga ese periodismo" que él llama ideal. Entonces, si hay que crear las condiciones, ¿es posible hacerlo o no? ¿En qué quedamos?
4. Habla de que "ni en Estados Unidos se da" ese periodismo que planteamos. Y, bueno, ¿quién dijo que en Estados Unidos se hace el mejor periodismo del mundo, especialmente en estos oscuros tiempos de censura y autocensura bajo el control de las fuerzas más conservadoras y guerrerristas representadas por el gobierno de Bush?
5. Afirma que "hay que estar conscientes de nuestras limitaciones". Entonces, ¿nos conformamos con ellas? ¿Agachamos la cabeza? ¿Dejamos que la mediocridad nos gane la batalla? ¿Nos resignamos a hacer un periodismo "así nomás", con lo que haya, sin luchar por elevar el nivel de nuestro trabajo cotidiano en busca de aportar a la reflexión de la sociedad para que, por ejemplo, vote con más conciencia y elementos de juicio en las próximas elecciones presidenciales?
6. Una línea más abajo dice que "esto tiene que ver con la especialización, con el presupuesto que destinan los medios". Si es así, entonces, ¿qué esperamos para especializarnos? ¿Qué esperan los directores de los medios para dedicar una parte de sus esfuerzos a elevar el nivel técnico e intelectual de su personal y en lugar de gastar mucho dinero con asesorías externas -la mayoría llenas de conocidas recetas poco aterrizadas en la realidad ecuatoriana- invertir esa plata dinero (o mucho menos) en capacitar al personal ecuatoriano que se esfuerza en el trabajo del día a día?
7. "Me sentí con cargo de conciencia, pero también aliviado, porque pocas veces me sujeto a lo que es recomendable". Qué pena que a Carlos, como a muchos periodistas ecuatorianos, no le haya durado el cargo de conciencia. Supongo que precisamente por la falta de ese cargo de conciencia, es decir, de autocrítica, de humildad, al periodismo ecuatoriano le hace falta madurar para cumplir a cabalidad, como es su obligación, su deber con la sociedad.
** Rubén Darío Buitrón
rubendariobuitron@yahoo.com
Periodista y escritor. Coautor del libro Periodismo por Dentro (Ciespal, 2006).

lunes, febrero 20, 2006

Los ‘trapos sucios’ de EE.UU.


Dos palabras no inglesas –Abu Ghraib y Guantánamo– se han vuelto el ‘coco’ de los Estados Unidos. La semana pasada, ambas dieron a esa gran nación nuevos motivos para avergonzarse, pero, también, para adoptar los remedios necesarios. Aunque sus líderes no parecen preocuparse por lo primero, ni creer necesario lo segundo.
El miércoles, la cadena de televisión australiana SBS emitió nuevos videos y fotografías de maltratos y torturas en la tristemente célebre cárcel de Abu Ghraib, en Bagdad, objeto de escándalo desde abril del 2004, cuando la CBC mostró que soldados estadounidenses habían cometido vejámenes contra prisioneros. Aunque varios militares fueron condenados en cortes marciales y una alta oficial de la cárcel fue degradada, la investigación nunca fue más arriba en la cadena de mando.
El jueves, un equipo de cinco investigadores de las Naciones Unidas hizo público un duro informe que sostiene que en el tratamiento de los llamados ‘combatientes enemigos’ retenidos en la base militar estadounidense de Guantánamo, en Cuba, hay elementos de tortura y serias violaciones de los derechos humanos, y llamó a juzgarlos o liberarlos sin demora y a cerrar el campo. El secretario para Irlanda del Norte del gobierno británico apoyó el cierre. El arzobispo surafricano Desmond Tutu declaró "una desgracia" que se usen en la lucha contra el terrorismo métodos que empleó el Apartheid. Kofi Annan, aunque dijo no compartir todo el reporte, se alineó con su conclusión.
La reacción del gobierno estadounidense no sorprendió a nadie. Pidió a los medios no hacer públicos los videos y fotos de Abu Ghraib, diciendo que podrían instigar violencia y que se trata de evidencias de incidentes ya investigados. Un asesor del Departamento de Estado sostuvo que mostrarlos atentaría contra la privacidad de los presos. La Casa Blanca llamó el informe sobre Guantánamo un "descrédito" para la ONU, calificándolo de ‘refrito’ de los argumentos esgrimidos por los defensores de los presos.
Ha sido una sorpresa el tratamiento dado por los medios estadounidenses a las nuevas evidencias de Abu Ghraib: salvo publicaciones menores y un editorial de The New York Times, la noticia ha tenido escasa relevancia. Al igual que no han publicado imágenes de los entierros de los soldados de E.U. muertos en Irak, o dieron gran despliegue a la existencia allí de armas de destrucción masiva, en este caso parecen alineados con los deseos de su gobierno.
El arzobispo Tutu declaró "entristecedora" la muda respuesta de la opinión pública estadounidense a estos abusos. El actual gobierno de Estados Unidos ha dado muestras de sobra de buscar imponer un control sin precedentes a la información (desde junio pasado, por ejemplo, se bate en los tribunales para impedir que se hagan públicas imágenes de Abu Ghraib aún desconocidas) y sus spin-doctors están dedicados a cuidar qué y cómo se hace público.
Preocupa, sin embargo, que justamente los medios herederos de Watergate puedan prestarse a manejos que contrarían su tradicional independencia y coraje investigativo. Y que la opinión pública de una sociedad campeona de la libertad y los derechos humanos se muestre neutral o apática ante abusos como los de Abu Ghraib y Guantánamo.
Se trata de verdaderos ‘trapos sucios’ de los Estados Unidos. Persistir en negarse a ‘lavarlos en casa’, mientras le dan la vuelta al mundo, solo puede empañar aún más la ya maltrecha imagen de este país.

El Tiempo, Bogotá.

lunes, febrero 06, 2006

El periodista de radio y su “voz comercial

Caso A

Martes 24 de enero. Segundo día del paro de transportes a nivel nacional. Los conductores o los dueños de las unidades exigían que se les permita ingresar a dos capitales de provincia con sus unidades para dejar o recoger pasajeros. En el Azuay los transportistas interprovinciales además pedían dejar sin efecto el permiso de funcionamiento de una empresa que utiliza furgonetas y por ello tenían más demanda que los grandes y desordenados buses.
Aquella mañana un periodista de radio criticaba mordazmente la actitud de los transportistas llamándolos inconsecuentes, abusivos, monopolizadores. De seguro que muchos oyentes perjudicados por la acción extrema de los transportistas sindicalizados, estaban de acuerdo con el comentario.
Pero, a renglón seguido y tras una brevísima pausa de segundos, la misma voz que criticó la acción de los transportistas recomendaba votar por un tal Aurelio para secretario general del sindicato de choferes, "porque sí cumple con su palabra y todo lo que ofrece, porque la lista dos es mas que dos…"
Obviamente lo segundo era parte de un texto publicitario contratado por la lista dos del Sindicato de Choferes Profesionales del Azuay, y que fue leído por la misma voz que segundos atrás criticaba la actitud de los conductores.
Personalmente me dejó una sensación de desconcierto. Cuál de las dos intervenciones que una misma voz hacía en un mismo espacio, tenia la razón. La que calificaba de inconsecuentes a los choferes que paralizaron el país, o la que recomendaba votar por el tal Aurelio, "porque sí cumple sus promesas…"


Caso B

1999. Días de la debacle financiera del Ecuador. Los bancos caían como fichas de dominó; uno de ellos, Sol Banco.
Un enardecido ex cliente de aquella entidad financiera tomó el auricular del teléfono y marcó al programa deportivo de una radio local. Le recriminó al comentarista porque semanas atrás recomendó públicamente poner los ahorros en ese banco, que pagaba altos intereses.
El locutor, para cerrar el molestoso llamado público de atención, decidió hacer una aclaración: “Señor oyente, lo que hice fue publicidad, porque nosotros vivimos de la publicidad…esa es la parte que ustedes no entienden…nosotros no tenemos sueldo del gobierno sino vivimos de la publicidad…” fue lo que más o menos dijo el locutor de radio.
Era evidente que el aparentemente experimentado locutor no se percataba que el oyente no disgrega cuando un mismo periodista está “informando” o leyendo una publicidad. Cuando el aparentemente experimentado locutor decía que el Deportivo Cuenca, el equipo local, goleó a su rival, era cierto. No cabía duda.
De la misma manera, cuando esa misma voz que anunció los resultados sale de la radio diciendo que deposite el dinero en Sol Banco, ¿por qué debe dudar el radioescucha de la palabra del locutor?


Si los ejemplos los pasamos a la televisión, sucede lo que se conoce como las menciones. Los presentadores de noticias son contratados para que presenten un producto. Aparentemente es una acción inocente, pero lo que la marca comercial hace es aprovechar todos los años de experiencia de la figura.
¿Han visto la publicidad de Carlos Vera y su hijo, adoloridos de cabeza y recomendando un producto efervescente?
¿Alguien dudaría de la efectividad de ese analgésico, recomendado por el implacable Vera?
Lo que no sabemos es cuánto cobró el periodista para aparecer en las pantallas recomendando el producto. Debió ser mucho…


Reflexiones necesarias

¿Qué representa para el periodista hacer ese tipo de anuncios públicos, hipotecando su credibilidad?
Personalmente creo que mucho. Es credibilidad versus dinero, razón suficiente para dejar de creer en ese periodistanunciante.
¿La credibilidad tiene precio? NO; es credibilidad construida a base de decir miles y miles de verdades, de palabras cumplidas, de trasparencias al actuar.
¿Y si ese analgésico no me cura?
¿Y si ese Banco quiebra?
¿Son o no los transportistas irresponsables, o debo votar por uno de ellos porque sí cumple?
O debo dejar todo eso bajo la responsabilidad de una voz comercial…exclusivamente comercial…

¿Qué opina usted?