jueves, enero 20, 2011

Periodismo: Migrar para servir


Geovanni Méndez Criollo (39) encontró en el voluntariado una razón más para emigrar. Egresado de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Cuenca, decidió buscar futuro fuera del país, pero no por razones económicas. Lo hizo por afán de servicio.

Siempre le gustó la radio, por eso, hace casi una década, se fue con todos sus sueños para Angola, en el África austral. El dos de julio de 2001 pisó tierra africana y lo recibió una noticia común entre los lugareños: el movimiento rebelde Unión Nacional para la Integración Total de Angola (Unita) detonó el único puente que lo conectaba con Luena, su destino final.

Unita es uno de los tres movimientos irregulares que hacía su propia lucha en Angola por un proceso de descolonización de Portugal. El traspaso del poder ocurrió en 1975, pero la inercia de las guerrillas urbanas prosiguió por intereses de grupos, denuncias de corrupción y acuerdos incumplidos. En el año 2002 cesaron las hostilidades y se convirtió en partido político. Angola tiene dos fuentes de ingreso muy codiciadas: petróleo y diamantes.

En Luena, Geovanni Méndez debía consolidar un proyecto de radio comunitaria impulsada y financiada por los Salesianos para emitir mensajes de prevención contra el sida, los derechos humanos, el control de la natalidad… Cinco meses demoró instalar una radio con un alcance de apenas tres kilómetros a la redonda. Y un mes le tomó al Gobierno la primera de las tres clausuras que la emisora ha soportado en una década. El gobierno es identificado internacionalmente como autoritario: José Eduardo dos Santos es el presidente desde el 10 de septiembre de 1979 hasta la actualidad.

No pensó que sonaría a crítica mordaz contra el régimen decir que en lugar de destinar millones de dólares en campañas de vacunación contra la malaria, se debería invertir en mejorar las condiciones de salud de los barrios más pobres, es decir de casi todos. Por ello le enviaron oficiales encubiertos de la policía conocidos como “provocadores”, para conocer lo que pensaba sobre la administración de José Eduardo dos Santos.

La reciente clausura le dejó además una enorme cicatriz sobre la sien derecha, producto de un sospechoso accidente en su motocicleta: un vehículo lo embistió.

Por todo ello, Geovanni Méndez dice que no hay que temerle a lo que considera “el estado natural del periodismo”, es decir la confrontación permanente con el poder. En su ingenio ha desarrollado otras formas de decir lo que los detractores del papel de la prensa no quieren escuchar.

Poco antes de venirse a su ciudad natal para visitar a sus padres, inició una campaña de limpieza en un barrio de Luena, que era su otra forma de decir que el aseo urbano está pendiente. Recibió felicitaciones de la parte oficial.

Entonces, todo es un tema de actitud. El periodismo seguirá con sus principios intactos pese a que se piense que una ley pretenda limitar su libre ejercicio.

La estrategia es desarrollar otras iniciativas y no amilanarse. Todo ello acompañado de un riguroso ejercicio profesional y ético.

Tras una corta estadía en Cuenca, y compartir generosamente su experiencia, Geovanni piensa en retornar a África austral. Sus motivos no son los económicos; todavía le queda mucha solidaridad para compartir desde el periodismo valiente.

Artículo publicado en EL UNIVERSO