lunes, julio 05, 2010

¿Y todavía dudamos de la presunción de inocencia?


Carlos Salamea Chaca es dos veces víctima: la mañana del sábado 3 de julio un grupo de delincuentes que huían de la Policía tras asaltar un banco en el centro histórico de Cuenca, lo secuestraron junto a su vehículo.

Inicialmente los delincuentes, sorprendidos en delito flagrante, escapaban en una camioneta por una vía secundaria, y al irrespetar un disco PARE se estrellaron contra un bus y luego contra una vivienda. Se bajaron y se dirigieron al Vitara de Carlos Salamea Chaca, que coincidencialmente pasaba por allí. Lo encañonaron y obligaron a que les ayude a escapar. Un taxista que estaba junto a él corroboró esta versión.

Luego de una persecución de varios minutos, la Policía acribilló a dos involucrados en el robo –quienes dispararon primero contra los agentes- y al conductor Carlos Salamea Chaca. Al día siguiente, un medio sensacionalista calificó al rehén como delincuente.

En su defensa la Policía dice que ignoraba que Salamea haya sido un rehén. Los familiares de la víctima inocente dicen que los guardias debían tomar precauciones. Muchos de quienes han participado en las redes sociales de los medios de comunicación han dicho que esos medios hacen mal en recurrir a la presunción de inocencia cuando califican de “presuntos” a quienes son detenidos por la Policía y vinculados con actos delincuenciales, o cuando ocultan sus rostros o nombres. En este caso específico, muchos han pedido la pena de muerte y le han otorgado, indirectamente, la razón a ese medio sensacionalista.

En este punto, el desenlace mortal para Salamea deja varias lecciones:
- Aunque todos lamentamos la muerte de Carlos Salamea, su testimonio se convierte en un antecedente más de que la presunción de inocencia, no solamente desde la prensa sino desde la propia Policía, es una garantía irrenunciable que beneficia a quienes están involucrados injustamente en actos delictivos.
- Está claro que la campaña del Gobierno que acusa de corrupción a ciertos medios de comunicación, está dirigida a diarios como la Extra, que como se demuestra en este caso, acusa primero y verifica después. Este medio publicó la foto de Salamea tendido junto al vehículo en el que fue secuestrado, calificándole de “delincuente”.
- El periodismo ecuatoriano no va a mejorar con la aplicación de una Ley de Comunicación, sin embargo la memoria de víctimas como la de Salamea necesitan un ordenamiento legal que garantice que su dignidad no se afecte en medios como la Extra.



Video de El Mercurio