jueves, septiembre 11, 2008

La integración de redacciones



Cuando en agosto de 2008 EL TIEMPO decidió lanzar su “nueva” página WEB –nueva entre comillas porque recién nos animábamos a actualizar tecnologías vigentes en otros medios desde hace una década- no esperábamos que la reacción iba a tener esos indicadores.
Las visitas se quintuplicaron. Empezamos a tener reportes de las notas más leídas, comentarios sobre las notas más leídas, reportes, saludos, etc. (las curvas de esta página, de las que ustedes quieran, las pueder ver en un nrastreador de tráfico Alexa)
La página pasó de ser un “copy-paste” del impreso, con noticias inamovibles durante 24 horas, y empezamos a actualizar –"cuando la noticia lo amerite", como dicen los presentadores de televisión- la información de última hora.
Y no solo que actualizamos permanentemente, sino recurrimos a las posibilidades de la multimedia: “subimos” el video de la agresión a una estudiante ecuatoriana en España y la avalancha se desató, tal como lo demuestra el gráfico del inicio.
En la competencia de Jefferson Pérez actualizamos los detalles de la carrera “minuto a minuto” y la versión digital empezó a promocionar informaciones que las ampliaríamos en el impreso, y a la vez abría la posibilidad de ampliar –con hipervínculos- otras informaciones que presentamos en el mismo impreso.
Ahora, en ciertas reuniones de planificación de la mañana en la Reacción del impreso, analizamos los reportes de las notas más leídas en la WEB y tenemos una guía sobre lo que quiere cierto sector de lectores de EL TIEMPO.
Con esto nos metimos, inconscientemente, en lo que Cristian Espinoza sostiene en su módulo de periodismo digital en la Universidad Técnica Particular de Loja, UTPL, sobre la integración o fusión de las redacciones. – A propósito, por estos días, además, Discovery Channel estrenó un muy interesante trabajo sobre Internet y la convergencia digital-
Como parte de este módulo, se propuso un trabajo que resulta un entretenido ejercicio para los periodistas que se inician en el uso de la herramienta del Internet como una fuente más de cobertura y consulta: una investigación sobre la INTEGRACIÓN DE REDACCIONES utilizando operadores lógicos al menos en cuatro buscadores de la red.

Y definitivamente los resultados permiten tener un conocimiento global de lo que está pasando al interior de las redacciones sobre experiencias como la que acaba de iniciar EL TIEMPO.
Veamos algunos resultados:

Tipos de palabras utilizadas: Edición digital e impresos, Periodismo digital y edición impresa, “Integración redacciones digitales e impresas”

Buscadores:
Google.com
Clusty.com
Altavista.com
Todoenlaces.com

Recomendado1

¿Puede convivir una redacción digital con una tradicional?

Una reseña periodística con las conclusiones de las IV Jornadas de Prensa y Nuevas Tecnologías de España, donde se recomienda no fusionar las redacciones impresas y WEB.
“Roberto de Celis, del Grupo Vocento, destacó que aún no existe una fórmula clara sobre qué es mejor: si mantener redacciones separadas que se limiten a colaborar o integradas para aprovechar todos los recursos al máximo”.



Recomendado 2


Situación del periodismo digital y de los sitios Web de periódicos de América

Un extenso y documentado análisis sobre las fusiones de redacciones en América Latina. El estudio es de los periodistas Guillermo Franco, Julio César Guzmán y Mauricio Romero, que entre otras cosas concluyen que “Esta estrategia les permitiría expandir su operación online, que sigue siendo extremadamente dependiente de los contenidos de la edición impresa (producidos una vez cada 24 horas), y de pequeños equipos de periodistas en la operación, cuyo énfasis no es la generación de productos originales ni la reportería”.


Recomendado 3

Las redacciones integradas serán la norma, según el Newsroom Barometer

Evento anual auspiciado por el World Editors Forum y Reuters, donde en este año se concluyó que “Los editores identifican las redacciones multimedia como una garantía de supervivencia de los medios impresos. Su generalización va más allá de un simple cambio para la colaboración entre redacciones y afecta, casi por igual, a los periódicos que pierden lectores como los que no”.



Interesante ejercicio propuesto por Cristian, ejercicio para sus alumnos, pero una verdadera obligación para los periodistas que queremos sobrevivir a este nuevo embate tecnológico de la red.

viernes, septiembre 05, 2008

"Los periodistas tenemos que recuperar la calle"



Jorge Urien Berri, prosecretario de Redacción de La Nación, y Gerardo Young, editor de Investigación de Clarín, brindaron la charla: "Refundar el periodismo". Fue anoche, en el marco de los festejos por los cinco años del periódico universitario El Paraninfo.

Frente a la ambiciosa propuesta del título de la charla, los conferencistas optaron por aportar algunas ideas y ejemplos que van en el sentido de reorientar la práctica actual de esta profesión.

El primero en la ronda fue Gerardo Young, editor del Equipo de Investigación de Clarín. Su ponencia comenzó con la confesión de una "obsesión": "Cómo escapar del tedio informativo, de la información impuesta por el poder, por las empresas, e incluso por el público".

"En un tiempo de constante bombardeo de datos, somos los periodistas quienes tenemos que saber priorizar, analizar, seleccionar. Ése es nuestro rol", apuntó, frente a un auditorio formado en su mayor parte por colegas y estudiantes.

El disertante remarcó que "el 95 por ciento de las notas que se publican, son aportadas por organismos públicos o privados. Así, nos hemos ido colocando en el lugar de voceros del poder", criticó.

"Hay que cambiar esto: hay que salir a buscar la información. Eso nos va a permitir una mayor democracia informativa", subrayó.

Young valoró la importancia de atender a una agenda propia de cada periodista, que ponga en crisis o al menos establezca alguna alternativa a- la alienación casi automática que imponen los grandes intereses.

Destacó la herramienta de Internet como modo de acceder fácil y rápidamente a informaciones útiles y brindó un listado de sitios oficiales a los que recurre a la hora de encarar sus trabajos.

También aportó ejemplos de notas que se inscriben en esa premisa de abandonar la agenda para instalar, como opción de lectura, temas que tienen que ver con historias cotidianas.

"Los periodistas debemos recuperar la calle. Nos hemos olvidado de la acción, de lo que le pasa al vecino en el día a día. Por eso, cuando estallan crisis como la de 2001, nos encontramos sin saber dónde estamos parados", opinó.

"El periodismo se puede hacer esperando noticias, o saliendo a buscarlas. Ahí está la diferencia. La segunda alternativa requiere voluntad y pasión", concluyó.

Urien Berri puso el foco sobre algunas características que condicionan el proceso actual de crisis y transformación del periodismo.

El primer punto fue el impacto de las nuevas tecnologías. "Yo empecé a trabajar antes de su aparición. Me acerqué con desconfianza, conocí sus ventajas, y hoy convivo con ellas. A partir del impresionante caudal de información que genera Internet, la investigación periodística es mucho más fácil ahora", sostuvo.

La contracara de estas cualidades es, para el especialista, "la sobreinformación, que no siempre se traduce en calidad informativa".

Otro de los factores que alientan la crisis actual es la concentración de grandes grupos mediáticos, para los cuales este trabajo "es sólo un negocio". "Esto atenta contra la libertad de información y restringe la salida laboral de los periodistas", afirmó.

El tercer punto es el de la "competencia de la televisión". "Creo que es una discusión superada. Hace años que se debate su influencia en los medios gráficos. Hoy vemos la pérdida de espacios destinados a textos, porque hay que darle más despliegue a la imagen.

En la redacción de La Nación hay veinte televisores, y los periodistas viven pendientes de la placa roja. No estoy de acuerdo con esto: para mí, el lector de un diario busca profundidad", explicó.

Y en este orden, el periodismo de investigación se inscribe como una de las ramas que más sufre las consecuencias. "Quizá por la competencia de Internet y del periodismo online, quizá porque es más caro, quizá porque ocasiona perjuicios a las empresas, por eventuales enojos del gobierno o de los factores investigados. Lo cierto es que el periodismo de investigación hoy no atraviesa un buen momento", indicó.

De todos modos, advirtió que se trata de un proceso cíclico, y que luego del estallido de investigaciones producido durante la década del 90, con la posterior inacción de la justicia, "es lógico que haya una sensación de saturación y desinterés" por parte del público e incluso de editores.

Urien Berri coincidió con su colega en la necesidad de "buscar los ángulos humanos, cotidianos, que vuelvan atractivos aún aquellos temas más áridos".

"Es apasionante descubrir cómo se construye un entramado, una historia oficial, debajo de la cual aparece la historia real", confesó.

Para el periodista, "nuestra función es informar, más allá de lo que haga después la Justicia. Por lo general, las causas no se cierran, sino que duermen durante mucho tiempo. Entonces, si bajamos los brazos, estamos cerrando la posibilidad de que algún día se conozca la verdad".

Vicente Tello y su arte



Hugo Darquea López*

Al acercarnos al salón de la Alcaldía para apreciar la obra fotográfica de Vicente Tello Tapia (**), encontramos el valor de una vida que se expresaba y se expresa, porque así es el testimonio y el aporte del conjunto luminoso de formas, colores y destellos vitales, que el artista nos ofrece. Para algunos la fotografía no se la considera en esta dimensión sino más bien en el nivel de la técnica y de la aplicación de elementos científicos.

Debemos recordar que el arte fundamentalmente es inspiración, porque mediante la capacidad de la cámara se debe captar en el instante preciso el detalle fundamental de ese mundo real que es tomado por el sujeto que imprime su mente y su visión en la capacidad de aplicar el instrumento a esa captación del fenómeno escénico de la naturaleza que es traducido en imagen o que permite detener en un momento de fulgor inspirado, el tiempo, con su significación y peculiar lenguaje.

En virtud de la consideraciones aludidas quien sabe aplicar esa técnica científica para producir, crear o motivar armonía, sentimientos, recuerdos, pasiones, es un artista en la profunda significación de su contenido y proyección; de suyo, no se trata de establecer la competencia con el sentimiento que se imprime en la mano sensible del pintor o dibujante, sino más bien significa emplear la capacidad de la cámara, con la inspiración necesaria, en la creación sentida de la belleza o en el impacto que producen las formas y las situaciones: alegría o dolor. Estos factores encontramos en la muestra fotográfica que presenta Vicente Tello, por eso nuestra admiración.

¿Qué encontramos en el salón de arte de la alcaldía gracias al artista Tello? La historia de Cuenca y de su gente; el primer impacto fue la plástica inspiradora de una madre tan joven y tan vital y esperanzadora, como un verdadero poema a la vida y que da de lactar a dos criaturas, en este elemento, existe todo un mensaje y simbolismo que rescata la fidelidad inclaudicable a la vida y a la vida humana en particular.

Todo el poder y toda la belleza conjugadas por la naturaleza y el espíritu que le anima en la manifestación cósmica, auténtica y pura, para escribir y entonar el más noble y elevado canto al amor y a la vida. ¿Cómo no puede ser arte lo expresado por Vicente Tello? Siguiendo en el recorrido encontramos las calles, plazas, los ríos y templos de Cuenca, la luminosidad del barranco y el esplendor del Cajas. Resalta la figura, la mirada y la acción de Carlos Crespi, con el entorno de María Auxiliadora y el parque de los salesianos, para los que vivimos su época, indudable es que el autor de la muestra logra conjugar auténticamente lo que fue y lo que es la esencia de nuestra ciudad y su gente. ¡Cuánto valor artístico y cuanta verdad fulgurante como los cielos de esta ciudad nos ofrece Vicente Tello!

* Articulista de diario El Mercurio
** Vicente Tello, fotógrafo de prensa de varios diarios y revistas del país, inauguró el 22 de agosto una exposición en Cuenca, su ciudad natal.

jueves, septiembre 04, 2008

El Gabo, como un perro

El premio Nobel de Literatura 1982, el colombiano Gabriel García Márquez, afirmó hoy que "sufre como un perro" por la mala calidad del periodismo escrito y porque es raro encontrar notas o reportajes que sean "auténticas joyas".
"El periodismo es una vaina que uno lleva por dentro", explicó el escritor antes de su participación en el "VI seminario internacional sobre la búsqueda de la calidad periodística", al que asiste más de un centenar de comunicadores de América Latina, Europa y Estados Unidos.
El Premio Nobel se encuentra en Monterrey, capital del norteño estado de Nuevo León, para participar en la séptima edición de los premios que otorgan Cementos de México (Cemex) y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) en las categorías de texto, fotografía y trayectoria a los más destacados periodistas iberoamericanos.
El autor de "Cien años de soledad" y de "El amor en los tiempos de cólera", en un espacio para conversar con los medios antes del encuentro, lamentó que el periodismo actual se hace de prisa, por lo que los periodistas no pueden pensar mejor lo que escriben.
García Márquez dijo que el periodismo lo lleva en el alma y que "es el oficio más bello", y que contra eso "no hay nada que hacer".
"No hay mejor oficio en el mundo que éste, pero ya a mi edad me aburre mucho", afirmó el Premio Nobel de Literatura.
Explicó que debido a esa necesidad diariamente lee varios periódicos, por lo que "cada mañana son un desastre".
"Sufro como un perro", dijo al comentar sobre esas lecturas.
El escritor ha sido reconocido con el Premio Rómulo Gallegos (1972), el Premio Jorge Dimitrov por la Paz (1979), el Premio Nobel de Literatura (1982), el de la Legión de Honor francesa (1982) y la Orden del Águila Azteca (1982), entre otros.
García Márquez señaló que su impresión es que los medios no le dan tiempo suficiente a sus periodistas y que se da cuenta de que a los reporteros "no les dieron tiempo, que cerraron a las seis, cuando debieron cerrar a las nueve" de la noche.
Explicó que pasa mucho tiempo en el teléfono peleando con los jefes de la redacción de algunos medios porque no les dan lapsos suficientes para escribir a los reporteros.
"Cuando uno está apurado no tiene tiempo de pensar, y al otro día uno dice mejor hubiera dicho esto, pero uno a veces así aprende", indicó.
No obstante, admitió que ahora los periódicos deben competir con la radio y la televisión, pero que la escritura tiene una gran ventaja sobre los medios electrónicos.
"Escribir sale del alma, los otros medios son aparatos son máquinas", subrayó el literato colombiano.
García Márquez, representante del denominado "realismo mágico", destacó que encuentra muy pocos reportajes o notas que pueden ser consideradas "joyas", pero que cuando las encuentra piensa: "¿Quién será este tipo?".
"Siempre ha sucedido así, pero antes había la ventaja de que el periódico era más difícil de hacer y las máquinas nunca funcionaban bien y daban tiempo para pensar un poquito", afirmó el autor de más de dos decenas de obras literarias.
"Esa era la vida de los periodistas de antes, entonces sufríamos tanto que nos teníamos que emborrachar todas las noches", añadió García Márquez.
Aseguró que ese "ciclo ya se cerró" y actualmente los periodistas ya no tienen tiempo para redactar, por lo que mejor se dedicó a escribir libros.
"Duré diez años escribiendo un libro", añadió, y acto seguido soltó una carcajada.
"Ahora estoy terminado un libro. Siempre empiezo a escribir un libro, lo voy escribiendo y cuando termino voy haciendo las correcciones", contó.
En respuesta a la pregunta de qué tema abordará en su última novela, dijo "La última jamás", pero "si lo supiera ya la tendría escrita", sentenció.
"El día que conozca cómo se van a llamar mis novelas dejaré de preocuparme", concluyó Gabriel García Márquez.

Tomado de la AFP

martes, agosto 19, 2008

Imágenes ofensivas ¿para qué?

Era el primer accidente de tránsito del año. Y la primera víctima.
Una niña de tres años de edad viajaba en un furgón con sus padres, por la Circunvalación Sur.
Horas antes el conductor de una plataforma había estacionado para desayunar, junto a un restaurante de carretera, y cuando el furgón estaba por pasar por el costado izquierdo, un carro a exceso de velocidad lo rebasó simultáneamente obligándolo a regresar al carril derecho: se impactó irremediablemente. La única víctima mortal fue la niña de tres años de edad, que viajaba en los brazos de su madre en el asiento delantero, junto a su padre conductor.
Siete meses antes de que el gobierno prohiba la difusión de imágenes violentas en los medios de comunicacion escritos y televisivos, en nuestra Redacción ya debatíamos cómo respetar la dignidad humana evitando imágenes que pueden resultar grotescas y ofensivas, pero al ismo tiempo atender nuestra obligación de informar a nuestros lectores. Y la solución que nuestro fotógrafo nos ofreció fue muy buena: la pequeña pelota que la niña traía en sus brazos, bajo la enorme plataforma contra la que se impactó. La pelota sola, olvidada, junto a los enormes neumáticos. Una realidad que no fue recreada, sno oportunamete observada por el fotógrafo que sabía perfectamente que no son necesarias las imágenes violentas.

Por eso no nos preocupa la disposicion del Gobierno. Debería preocuparles a quienes han mostrado cuerpos calcinados

martes, junio 17, 2008

La carta



He recibido una carta, tímidamente grapada y sin sobre, dejada en la garita del Diario. La firma un "periodista página policial" (sic) llamado César Padilla, que asumo, no me consta, es el autor de un par de notas que he propuesto para un foro de discusión tanto en este blog como en el aula virtual de la Universidad Técnica Particular de Loja, UTPL, sobre el vicio de no consultar a las dos fuentes involucradas en casos de confrontación.
Mi afán, en este espacio, es que sigamos aprendiendo, con humildad. Por ello, en anteriores foros he ejemplificado con mis propios errores, porque no quiero dar la impresión de ser un experto en el oficio. La intención es que reflexionemos juntos.
Deduzco que el señor Padilla no ha logrado visualizar esta página, o dejar un comentario, y por ello envió la carta en papel.
Este es un tema que actualmente lo tratamos en un foro de la UTPL: los nuevos medios y la tecnología al servicio de los periodistas. Interesantes aportes y un solo consenso: no debemos tenerle miedo a la tecnología, debemos asumiarla y ponerla a nuestro servicio.
Pero no nos alejemos del tema. Como hay que aprender de todo, dejo constancia a continuación de las lecciones que me ha ofrecido la misiva del licenciado Padilla:
- Dice que le agrada saber que soy uno de los 23 mil lectores diarios de El Mercurio, y que "su diario -EL TIEMPO- nunca lo leo". Sí, en realidad admito que lo primero que leo, y a veces la noche anterior en la página WEB, es El Mercurio, pues lo asumo como una obligación de mi parte. Todos debemos leer los periódicos de la región no solo por el hecho de que somos competencia, sino por una obligación moral con nuestros lectores y nuestra propia formación.
- Dice que está conciente de que la competencia es buena y por ello: "espero que pongan todo empeño tratando de superar mi página, ese seria un reto para mi. Es aburrido ser siempre el primero siempre y en todo". (sic) Esto me parece arrogante, pues, como dice el escritor y periodista Rubén Darío Buitrón, no hay competencia pequeña y siempre hay que tenerle respeto.
- Dice que una cobertura hecha en un incendio está en un concurso de periodismo de alto riesgo en Bolivia. y que "está entre los finalistas". En este caso recomiendo leer el comentario "El premio del periodista es su trabajo" que está en esta misma página.
Finalmente, y eso prefiero comentarlo en otro espacio más amplio, se refiere a una aclaración pública realizada en este Diario por un grave error de una periodista. Aquí le doy la razón: no hay que echar las culpas de nuestros males a otros. Cuando un periodista se equivoca, el primer responsable es el periodista que deslizó el error. Lo dice Àlex Grijelmo.
Esta contestación no es porque se trate del señor Padilla, a quien no conozco, sino porque la carta nos da otra oportunidad de seguir aprendiendo.

Y usted qué opina?

miércoles, junio 04, 2008

El conflicto colombiano y los medios


El periodismo colombiano –algunos medios del periodismo colombiano- sigue convencido y sin dudas de la certeza de los hechos en el tema del computador de alias Raúl Reyes. Al menos eso lo dejaron ver dos periodistas de esa nacionalidad, que en dos jornadas distintas hablaron sobre el tema del conflicto Ecuador-Colombia en la Fundación El Universo, en Guayaquil, y en la Universidad Andina Simón Bolívar, en Quito.
María Alejandra Villamizar, editora política de la revista Semana, y Salud Hernández-Mora, columnista del diario El Tiempo de Bogotá y corresponsal del diario El Mundo de España, compartieron el foro en Guayaquil con la directora de la Fundación El Universo, Nila Velásquez, y con el editor general de EL TIEMPO de Cuenca, Ricardo Tello.
Tanto Villamizar como Hernández-Mora contaron los detalles que muchas veces solamente se quedan en lo anecdótico del ejercicio profesional: la ediciones especiales, las composiciones fotográficas, las decisiones editoriales al filo de la hora de cierre, precisamente cuando ocurre un hecho como el de la dimensión que tuvo el bombardeo al campamento de las FARC en Angustura, provincia de Sucumbíos, en el que murió el número dos de las FARC, alias Raúl Reyes.
Y contaron también sobre las implicaciones de no hacer “una pausa en medio del vértigo”, como el hecho de haber dado un gran despliegue al recibimiento “como héroe” del cadáver del único soldado colombiano muerto en dicha incursión colombiana, y luego enterarse que el solado no murió en combate, sino porque le cayó un árbol.
Por su parte, tanto Nila Velásquez, que actuó a la vez como moderadora, como Ricardo Tello, ahondaron en el tema de la responsabilidad de informar sin alinearse con tesis o manifestaciones de patrioterismo.
“Los países en conflicto requieren la verdad de lo que está sucediendo, por encima de cualquier otra cosa y cualquier otro interés…cuando se producen esas crisis la opinión pública tiende a radicalizarse y el nacionalismo se vuelve una enfermedad muy peligrosa porque distancia posiciones y no ayuda al diálogo ni a la paz”, dijo Tello citando una entrevista realizada por Rubén Darío Buitrón al periodista colombiano Javier Darío Restrepo a propósito de la publicación, en El Tiempo de Bogotá, de una fotografía de un activista argentino al que lo confundieron con el ministro Gustavo Larrea, junto a Raúl Reyes.
Al día siguiente de la publicación, que fue distribuida en Washington durante una comparecencia de los cancilleres de ambos países para tratar la crisis por el bombardeo, El Tiempo de Bogotá reconoció que no confrontó la información y admitieron que fue un “error que afectó la tesis colombiana”, lo cual demostraba que había asumido posición.
Al final del foro en Guayaquil quedaron muchas dudas flotando en un auditorio, que estuvo compuesto más por lectores que por periodistas y expertos en el tema de comunicación. Un auditorio que no se inmutó cuando Villamizar mostró la portada de la edición en la que trataron el tema de los computadores: Raúl Reyes sentado en medio de la selva con su brazo derecho apoyado en una rústica mesa de madera y sobre ella una flamante computadora portátil en cuya pantalla se mostraba una de las cartas que supuestamente dirigidas a sus aliados.
Auditorio que no se inmutó pesa a que esta composición era un ¡montaje fotográfico!

miércoles, mayo 21, 2008

La pornomiseria

¿Vieron a la reportera de Ecuavisa, Ximena Gilbert, practicando un poco de pornomiseria en el noticiero matinal al tratar el tema de la inseguridad en la Isla Trinitaria?

Fue realmente ofensivo. Un reporte de las "condiciones de miseria en la Isla Trinitaria", en Guayaquil, en el que sin permiso se coló dentro de una vivienda e hizo un relato trágico de "las miserables condiciones" en las que vive una familia del sector.

"Y aquí podemos ver apenas una cama, el piso es de tierra, como ustedes ven no hay qué comer en la alacena", fueron entre otras las frases del relato que acompañaban a los "paneos" de cámara, ante una impotente señora que debía soportar la forma pública en la que le estaban ventilando "las miserables condiciones" en la que vive.

Con seguridad parecía el reflejo de muchísimas viviendas y hogares ecuatorianos pero recién "descubiertos" por la reportera en este sector marginal.

La pornomiseria es una de las formas más inhumanas de hacer periodismo: valerse de la ingenuidad de las personas simplemente por el afán de mostrar un poco de miseria. Mostrar por mostrar, nada más.

Y en medio de toda esa miseria, la reportera pregunta a la avergonzada mujer que cuántas veces le han robado dentro de su casa de caña. Esto para reforzar un poco el ambiente de inseguridad que vive el sector y que fue el que originó la nota ¿periodística?

Definitivamente muchas veces somos reproductores de prejuicios...

viernes, mayo 16, 2008

El escudo de Felix Narv?ez


Sí.
Fue el mismísimo Felix Narváez que años atrás hizo una nota sobre un supuesto cambio de imagen de Wilfrido Lucero, entonces presidente del Congreso Nacional, afirmando que para ello utilizó recursos del Estado, el que ha levantado la polémica. El mismo que por su ligereza obligó al canal de televisión Ecuavisa a aclarar dicha "información" porque no se trataba de un cambio de imagen, sino de las consecuencias de las sesiones de radioterapia a las que el político se sometía para combatir un cáncer.
Ahora, con su estilo atrevido que tanto mal ha hecho a la televisión ecuatoriana, apoyado en recursos gráficos de mal gusto, ha agitado el avispero de lo público al "interpretar" -argumento con el que lo ha querido justificar su colega Carlos Vera- los datos obtenidos en una rueda de prensa a la que no asistió y en la que un grupo de ciudadanos, junto a la asambleísta Tania Hermida, hablaron sobre la necesidad de debatir ciertos cambios en los símbolos patrios.
Y en la nota en la que "interpreta" lo expuesto en la rueda de prensa a la que no asistió, se atrevió a diseñar su propio escudo, el símbolo patrio en la perfecta medida de su capacidad de interpretación.
Y como no podía ser de otra manera, los medios tradicionales, en lugar de reparar en la ligereza de Narváez -o de abrir el debate sugerido por Hermida y los ciudadanos proponentes- se dedicaron a escandalizar y "sacar reacciones" sobre el escudo de Narváez.
Incluso la presentadora Tania Tinoco, colega del reportero, debió aclarar la interpretación que él hizo a lo expresado en la rueda de prensa a la que no aistió.

¿Acaso Narváez no aprendió la lección del caso Lucero?
¿Qué hay detrás del escudo de Narváez?

O realmente muchos de los sensatos periodistas con los que he hablado se perdieron el momento en el que en Montecristi se presentó lo que en reiteradas ocasiones he llamado "el escudo de Narváez".

No pude sino sonreir por tanta ingenuidad -real o solapada- y falta de crítica al escuchar a periodistas de radio tomando opiniones a los ciudadanos sobre "el nuevo escudo y la nueva bandera" que saldría de Montecristi,o mirar a reporteros de televisión entrevistando a militares mutilados o intercalando imágenes de Jefferson Pérez en el podio olímpico.
¡Tanta sensiblería!

Y si usted vio el escudo de Narváez,
¿Qué opina?

martes, mayo 13, 2008

Lecciones de un incendio II

Lo dicho:
La acusación el primer día, la aclaración al día siguiente.

¿Por qué no activamos esa vieja recomendación de tocar las dos partes de una denuncia, en un mismo plano?

Este es un vicio frecuente a vaces por la premura, otras por la irresponsabilidad.

sábado, mayo 10, 2008

Lecciones de un incendio


Hablar como habla la gente. Esa fue una de las recomendaciones de Alex Grijelmo a un grupo de editores que asistían a un taller sobre edición de textos periodísticos. Grijelmo, autor de libros como El Estilo del Periodista, Defensa apasionada del idioma y El aroma de las palabras, escribió también el manual de estilo de diario El País, de España.
Y el ejemplo que citaba, para ilustrar esta recomendación, era que cuando estamos enfermos no vamos al nosocomio, vamos al hospital.

Y traigo a colación este pasaje porque tras escuchar a una llorosa viuda del joven bombero Mufith Hanna, voluntario que el 17 de abril murió cuando intentaba apagar un incendio en una ferretería, me vino a la memoria una serie de "perlas", imprecisiones y otras irresponsabilidades de parte de periodistas que transmitieron en vivo y en directo, en radio y televisión, los acontecimientos de aquel día.

¿Ejemplos?
La presentadora de noticias de un canal de televisión da el paso a su reportero, para una "entrevista en vivo". Una hora antes un incendio se había desatado en la ferretería Vázquez Brito, del centro histórico de Cuenca, y amenazaba con propagarse a otras casas.
El reportero, tomando el brazo a un oficial bombero, inicia su interrogatorio:
¿Con cuántos bomberos y vehículos están en esta emergencia?
"Estamos con unos 150 voluntarios y todas nuestras unidades, esperamos la colaboración de bomberos de Azogues y cantones por la magnitud del incendio; además sabemos que en el interior hay 200 kilos de dinamita", responde.
El periodista da el paso a la presentadora, que remata "la microonda" con la observación de: "bien amigos televidentes, como lo escucharon hay 150 voluntarios trabajando en la emergencia".
¿Y los 200 kilos de dinamita?
¿No se percata la presentadora del dato que acaba de dar el bombero a su reportero, y lo que puede causar una explosión de 200 kilos de dinamita?
¿El entrevistador no repara en lo que podría provocar una información no confirmada de que 200 kilos de dinamita están expuestos al fuego? ¿Por qué no repreguntó -si ya no pudo evitar que el dato salga al aire- sobre el tema de la presunta existencia de dinamita, y sobre lo que se debe hacer?

Preferí apagar el televisor para informarme por radio. Pero fue peor.
En algunas emisoras los reporteros deportivos se habían sumado a esta especie de "transmisión de los hechos" al mejor estilo de partido de fútbol.
Entonces un locutor de radio anunciaba que efectivamente acababa de ocurrir lo que todos temían: ¡Una deflagración!
Y fue cuando mi esposa, que escuchaba la radio a mi lado, me preguntó: ¿si vas al vulcanizador, le dices que lo necesitas porque la llanta de tu vehículo deflagró o explotó?
Para salir de dudas fui al diccionario de la Real Academia Española, vigésima primera edición.
Deflagración: acción y efecto de deflagar.
Deflagar: Arder una sustancia súbitamente con llama y sin explosión.

Y lo que escuchamos fue una explosión, sin dudas. Entonces, ¿será que cuando el periodista aquel -que más tarde dijo que estaba transmitiendo cerca del "edificio flagelado" - cuando se enferma va al nosocomio, o le pide al vulcanizador que le arregle el neumático de su vehículo que poco antes deflagró?
En este punto, entonces, vale la pena recordar la recomenación de Grijelmo: hay que hablar -informar- como la gente habla.

Ah, una cosa me falta aclarar en esta breve reflexión sobre las lecciones que dejó el incendio del 17 de abril: hace pocos minutos estuvo en el Diario la llorosa viuda del bombero, porque vino a quejarse de una información que apareció en la prensa local, 20 días después del incidente. Se sentía impotente por una extensa entrevista al propietario de la ferretería incendiada donde descarga su responsabilidad en la muerte de Hanna.
Entrevista donde se vuelve a cometer un error frecuente entre nosotros los periodistas: la falta de confrontación.

¿Y usted qué opina?

martes, marzo 25, 2008

“El patrioterismo es antiético”


Un buen motivo para regresar.
Tras una pausa obligada, retomamos este espacio de análisis y reflexión sobre el oficio de comunicar, y lo hacemos con una entrevista del periodista y escritor ecuatoriano Rubén Darío Buitrón al también periodista y escritor, colombiano, Javier Darío Restrepo.
Una entrevista, publicada en diario Expreso, muy oportuna en la coyuntura informativa de estos días: el conflicto diplomático Ecuador - Colombia y el verdadero papel de la prensa seria.
Cualquier comentario adicional está por demás.*


Javier Darío Restrepo: “El patrioterismo es antiético”
Rubén Darío Buitrón

¿Cómo hacer un periodismo que contribuya a la paz y no eche leña al fuego del conflicto? En la reciente crisis entre Ecuador y Colombia, medios de ese país se alinearon con la tesis de ahondar ese conflicto...
Cuando hay guerra o conflictos en la frontera hay confusión. En esos momentos es cuando necesitas hacer el mejor periodismo. El periodista tiene que contribuir a desvirtuar la confusión con claridad y sobre todo honestidad en la información. Si hay una información clara y honesta contribuyes a la paz. Esa es la gran deuda de los periodistas y los medios cuando abordan los conflictos.

La verdad por encima de cualquier cosa, incluso del interés de un Gobierno o un Estado...
Los países en conflicto requieren la verdad de lo que está sucediendo, por encima de cualquier otra cosa y cualquier otro interés. Hay un segundo elemento importante: cuando se producen esas crisis la opinión pública tiende a radicalizarse y el nacionalismo se vuelve una enfermedad muy peligrosa porque distancia posiciones y no ayuda al diálogo ni a la paz. Los medios que contribuyen al nacionalismo o al patrioterismo hacen un trabajo antiético.

¿Patrioterismo periodístico que no mide consecuencias ni es leal con la verdad?
El nacionalismo enfermizo y ciego solo ha traído desastres. Pero el principal desastre es que impide que la gente piense inteligentemente y la lleva a pensar únicamente con los sentidos, juega con su sensibilidad y nubla su inteligencia. En épocas como esta se requiere que el periodista, aunque ame su país, su tierra y su gente, vaya más allá de sus sentimientos y sienta la necesidad de contar a la población lo que esta necesita saber para entender mejor el problema y no para agravarlo o crear enemigos falsos.

¿El periodista debe alinearse con una tesis de Estado?
Jamás. El periodista no debe alinearse ni con gobiernos ni con naciones. Debe alinearse con la población y con el objetivo de prestar el mejor servicio a toda esa población. Es un objetivo y una ética que siempre debemos manejar, pero mucho más cuando se produce una crisis.

En la aclaración que hizo diario El Tiempo de Bogotá, al día siguiente del error con la fotografía donde supuestamente aparecía el ministro ecuatoriano Gustavo Larrea y el guerrillero Raúl Reyes, pidió disculpas por el error pero en uno de los párrafos dice: “esto perjudica a la causa del Estado colombiano”. ¿El medio de comunicación tiene que alinearse con causas?
No le corresponde a un medio alinearse con causas por más nacionales o del Estado que fuesen, puesto que se está informando para que la gente tenga una mayor claridad, y sobre todo para defender la paz entre las naciones. El periodista tiene que dar una información que sea a la vez rigurosamente exacta pero que sea también creíble.

Un error de este tamaño más bien contribuye a la pérdida de credibilidad de la sociedad en la prensa...
Cuando el periodista de cualquier país distorsiona la verdad, ya sea por prisa, negligencia o falta de una metodología de investigación, está en primer lugar contribuyendo a que lo que se dice en su país no se crea. El Tiempo estaba publicando una foto proporcionada por la Policía Nacional. Pero hubiera hecho un gran beneficio a la sociedad y a los dos países si previamente verificaba. Si se tomaba el espacio para la comprobación hubiera concluido que era una fotografía que no había sido analizada suficientemente, por tanto no debía publicarla. El alinearse de una manera irracional con un gobierno o una nación lleva a cometer graves errores técnicos y periodísticos que al final terminan perjudicando a la compresión de los hechos y a la reconstrucción de la paz.

El caso de la fotografía no es el único, entonces...
En Colombia los medios se apresuraron a publicar todo lo que decían de los computadores que supuestamente encontraron en el campamento de Reyes cuando todavía el material de esos computadores no había sido analizado técnicamente. Eso ya puso en tela de juicio la exactitud del material periodístico. El error, desde luego, lo había cometido la Policía. Cómo es posible que el director de la Policía apareciera dando datos de esos computadores sin entregar el examen previo a una misión técnica, como se hizo después.

Ahí el problema es que, por alinearse con la causa, le crees a la fuente oficial sin contrastar ni analizar...
Claro. Tomaron la información del director de la Policía como si fuera una información con técnica forense y hubiera sido confirmada, pero no se había hecho. Con todo eso se ha ocasionado un gran daño en la opinión y se ha perjudicado gravemente la credibilidad de los medios.

Ahora, Javier Darío, hablemos del problema que el director de El Tiempo, Enrique Santos, admitió en una entrevista con Radio Caracol al día siguiente del error: la relación entre poder y prensa. Como sabemos, en el caso de El Tiempo es mucho más grave, ya que el director es el señor Santos, el vicepresidente de la República es otro Santos y el Ministro de Defensa es Santos también. ¿Cómo perjudica a la credibilidad del periodismo en general, no solo de El Tiempo, esa relación demasiado estrecha entre poder político y medios?
Hay una norma que los códigos de ética están repitiendo constantemente y es la necesidad de que el periodismo tome claras distancias con el poder. No está obrando correctamente un periodista que estuviera apoyando a cualquier poder, sea gubernamental, político, económico, religioso, lo que sea, porque el papel del periodista es ser crítico del poder, pero para que pueda ser crítico debe poner distancia tanto entre la versión oficial como entre la oposición cerrada. No cabe en un buen periodismo que se oponga a ciegas ni que acepte cualquier versión porque se trata de una tesis oficial. Solo siendo independiente puedes estar en capacidad de ejercer una crítica del poder.

La independencia es un concepto muy importante. En Ecuador se nos ha criticado a algunos medios porque hemos investigado ciertas anomalías dentro del Ejército, por ejemplo bandas de sargentos y cabos que presuntamente vendían armas a grupos irregulares o la mala situación de las tropas ecuatorianas en la frontera norte. Alguien ha dicho que no es “patriota” publicar esas cosas justo cuando hay un conflicto.
Esa misma situación se presenta aquí en Colombia. Es la tendencia de los gobiernos a envolverse en la bandera patria, y resulta que la bandera patria está encima de gobernar democráticamente. El periodista comete un error al creer que tal gobernante es la Patria o que tal institución es la Patria. Hay un gran error en esos conceptos. El gran beneficio para la Patria es que existan ojos vigilantes que señalen los errores, las faltas que cometen contra los intereses de la Patria, y en ese sentido el periodista cumple una función que es irremplazable, porque generalmente todas las personas tienen intereses que de alguna manera los limitan a la hora de hacer crítica. Insisto que el periodista debe ejercer esa crítica de una manera independiente, incluso de sus afectos personales.

Muchos dirán que es una utopía este planteamiento...
Sé que suena a utopía, pero justamente esa es la utopía que hay que tener en mente para apuntar a algo grande e importante a la hora del quehacer, de ejercer en la práctica las virtudes ideales del periodismo. Esta virtud de la independencia lleva al periodista por encima de cualquier discusión, de cualquier persona, de cualquier poder y, en el caso de que haga un trabajo ético, ahora sí al servicio de la Patria.

¿Existe el concepto de “periodismo patriótico”? ¿ Qué es ser un periodista que ama la Patria?
Yo creo que el conflicto con el periodismo aparece cuando la Patria está vinculada a intereses personales o de grandes poderes económicos. La noción de patria, etimológicamente, es “la tierra de los padres”, por tanto está hecha de elementos que a veces son afectivos pero que son, sobre todo, la cultura y la historia de una sociedad. Pero esa cultura e historia de la sociedad no se detienen únicamente en lo que son unas instituciones o personas con poder.

Si durante un conflicto diplomático como el de Colombia y Ecuador el periodista revela cosas internas del país, ¿atenta contra la seguridad o la soberanía nacional, o está cumpliendo su deber?
Depende de la naturaleza de lo que revele. Si son casos que comprometen la seguridad nacional obviamente está atentando contra el interés público, pero si son datos que contribuyen a un nuevo conocimiento de la situación y por consiguiente a fortalecer la capacidad de la sociedad para tomar una decisión inteligente y firme, son datos que están contribuyendo al interés público.

¿Y si el periodista sabe cosas reservadas, debe informarlas?
Es otra pregunta esencial. ¿Hasta dónde va el secreto que el periodista debe observar sobre asuntos que se entera cuando está haciendo su trabajo? Hay cosas que un periodista sabe que no se deben informar si comprometen a la seguridad pública o la seguridad de las personas.

En tus talleres muchas veces hemos hablado de que el único compromiso del periodista es con el bien común. En el caso de un conflicto entre dos países, entendemos que el bien común es la paz, no la guerra...
El bien común es una frase bastante compleja, sin embargo, es lo que guía al periodista y hay que tener en cuenta que la gran clave para decidir qué es lo que más sirve al público y a quién está favoreciendo o perjudicando con lo que informa. El periodista hace mal su trabajo si tiene confusión sobre cuál es el amo al que sirve: a veces piensa que el amo es el periódico, o el director del medio, o el anunciante, o el gobierno. Si cree eso estará haciendo un periodismo mediocre y peligroso.... La mayor calidad periodística se produce cuando se la orienta en la búsqueda del interés público. Y claro que el interés público es la paz, jamás la guerra.

¿Hay un lenguaje específico que debemos usar los periodistas para generar un ambiente de paz y no consolidar la beligerancia?
Más que lenguaje te diría que debemos reportear, investigar, acercarnos al “otro lado”, por llamarlo así. Todo cuanto contribuya a un mejor conocimiento de los otros, de los que supuestamente son nuestros adversarios, será importante para romper prejuicios y acercarnos.

Pero si lo hacen desde la subjetividad y las emociones, no ganaríamos mucho...
No hay que olvidar que tanto la paz como la guerra comienzan en la mente de las personas y el periodista es el único que tiene el privilegio de entrar a la mente de las personas todos los días. De modo que él es el responsable de los sentimientos y las opiniones que construyen las personas a través de la información.

¿Qué debemos aprender los periodistas y los medios del error cometido por el diario El Tiempo cuando dice que confió en una fuente oficial que supuestamente era seria y que la publicó justamente el día que la OEA se reunía en busca de un acuerdo?
Aquí hay algo que no está dicho allí pero vale la pena subrayar: el periodista a medida que avanza en experiencia aprende que toda fuente miente, así sea la fuente más alta. Aquí el periodista del diario El Tiempo pareció creerle a la Policía pero resulta que de la Policía hay que desconfiar cuando informa, sobre todo cuando informa en situaciones críticas. Además hay que tener muy claro que toda información debe ser investigada siempre...

Antes de publicarla...
Particularmente cuando hay crisis hay que desconfiar de todo, en especial de la prisa. Fíjate que eso apareció en la aclaración del periódico: “nos traicionó la prisa con que usualmente se da asunto a una información”.

¿Considera usted que hay una campaña mediática de la prensa colombiana?
Es muy difícil emitir un juicio acerca de campañas mediáticas intencionadas. Habrá que esperar que pase la crisis y hacer una investigación seria. Puede ser que exista eso. Hay apariencias de eso pero tendríamos que confirmarlo.

¿Cómo podemos contribuir los periodistas ecuatorianos y colombianos, desde nuestro ejercicio diario, a reconstruir las fraternas relaciones entre los dos pueblos?
Hace una década hubo de ustedes mismos una experiencia muy importante que yo creo que debiéramos recoger nuevamente. Fue un encuentro que se hizo entre periodistas ecuatorianos y peruanos en aquel conflicto limítrofe de 1995. Esos periodistas se reunieron y surgieron una reflexiones ejemplares en el sentido de llegar a la conclusión de lo que nosotros como periodistas podemos hacer para contribuir a la armonía de nuestras relaciones.

Pero siempre sobre la base de los hechos y de la búsqueda de la verdad, porque de lo contrario se vuelve un gesto frágil que fácilmente se disuelve en el transcurso del tiempo...
Lo único que al final debe primar para volver a entendernos es el diálogo, pero un diálogo basada en la sinceridad, en la credibilidad y el conocimiento de la verdad. La verdad completa e independiente, y sobre todo una verdad que sea entregada como respuesta a la responsabilidad que tenemos con nuestras sociedades. Generalmente los conflictos bélicos, fronterizos y diplomáticos están basados en mentiras y eso ahonda las crisis.

Es decir, la verdad lleva a la paz. No hay otra fórmula...
No la hay. Todo lo que está basado sobre una mentira o sobre una estrategia oculta nunca contribuirá al entendimiento. En cambio la paz siempre estará fundada en la justicia y en la verdad.

Y eso es lo esencial para nuestro trabajo...
Si el periodista da ese aporte de verdad y de justicia está dando lo mejor para buscar la paz. Nuestro único compromiso es con la verdad y con la paz.



Ficha
Nombre: Javier Darío Restrepo.
¿Quién es?: Periodista colombiano, experto en ética periodística, catedrático y conferencista, con 49 años en prensa escrita y 25 en televisión.
Trayectoria: Fue miembro fundador de la Comisión de Ética del Círculo de Periodistas de Bogotá y del Instituto de Estudios sobre Comunicación y Cultura. Laboró como columnista de los periódicos El Colombiano y El Espectador. En el primero y en El Tiempo fue Defensor del Lector.

*La caricatura fue tomada de El Universo.