lunes, junio 14, 2010

José Ignacio López Vigil: la radio es una cajita de música y noticias


Enorme, con su acento cubano intacto, cabello bien acicalado y una barba cana. Así llega José Ignacio López Vigil al aula 105 de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Cuenca donde lanza su primera pregunta:


“Ustedes –como Escuela de Periodismo- ¿tienen una frecuencia de radio?”

“Nooo”, responden al unísono los pocos alumnos presentes.


“¿Y por qué hijueputa no tienen?”, increpa mientras los estudiantes –indecisos de si reírse o no- se miran unos a otros.
A López Vigil no sólo se lo relaciona como miembro de la Comisión de Auditoría de las Frecuencias de Radio, sino sobre todo como un radialista apasionado – Radialistas Apasionados es un centro de producción en Quito que distribuye por internet microprogramas sobre leyendas, derechos humanos, sexualidad-.


Es también un sacerdote jesuita especializado en teología bíblica que ha escrito varios libros; uno de ellos, Un tal Jesús , inició como un guión y en dos años pasó a ser un texto de más de 400 páginas que recogían y enseñaban una versión muy humana del que dicen fue hijo de Dios.


La charla con los estudiantes aborda temas como el desarrollo, “que realmente está en la manera cómo se distribuye la riqueza más que en la cantidad de lo que se produce”; también “la cloaca que destapó la auditoría a la concesión de frecuencias de radio”, el machismo, y el “prepucio como símbolo de la alianza entre Dios y el hombre”.


Al final, siempre hay tiempo para un diálogo más:

¿Cómo mira a la radio en Ecuador?
“La radio en Ecuador y en América Latina sufrió un bajón importante cuando muchos creativos migraron a la televisión, luego se saturó el mercado, bajaron los ingresos; total que la radio se redujo y se ha convertido en una cajita de música y noticias que pasan los mismo discos, sin personalidad ni opinión editorial: sólo leen noticias “refritadas” por otros medios. Los dramatizados, los segmentos de humor y educativos se escondieron”.

Sin embargo el nivel de penetración de la radio está intacto.
“Siempre ha estado intacto, y es la Cenicienta más popular de todas, sigue llegando a los carros, a los que caminan por la calle, sigue siendo el medio de mayor penetración y democracia porque te ocupa los oídos sin esclavizarte como lo hace la televisión o el cine. Pero está subutilizada”.

Quienes están al frente de la radio, ¿deben pensar en nuevos planteamientos para que no muera?
“Nuca va a morir la radio; lo que hay que hacer es dinamizarla, hacer autocrítica y todo un proceso de capacitación para recuperar las mejores técnicas y formatos radiofónicos, recuperar el mejor lenguaje radiofónico”.

¿Incluídas las Escuelas de Comunicación?
“Directamente las escuelas de comunicación; eso supondría recuperar un ejercicio dinámico de producción radiofónica y de televisión; deben experimentar, darle permiso a la imaginación para plantear formatos más dinámicos de producción radiofónica”.

Por ejemplo, en noticieros no limitarse a leer periódicos sino establecer un lenguaje propio...
“Lo que suponen una buena dosis de imaginación y creatividad; en la radio tenemos los ojos de la imaginación, pero son esos formatos de la imaginación los que se han evacuado de la producción radiofónica”.

Y con una buena dosis de democratización también...
“Totalmente, y lo primero que hay que democratizar es la entrega de las frecuencias de radio y televisión; la Constitución garantiza el acceso a las frecuencias para los sectores público, privado y comunitario. Las frecuencias de radio y televisión deben ser redistribuidas de una forma equitativa”.

El informe de la comisión que auditó las frecuencias de radio, que también la integró usted, dispone una redistribución..
“Pero eso se quedó en palabritas bonitas por obra y gracia de los terribles intereses económicos y políticos que hay detrás de toda esta historia de las frecuencias; en el informe detectamos no menos de 400 frecuencias dadas con mecanismos sucios, con indicios claritos de peculado y sin embargo nada ha cambiado”.

Ustedes identificaron once líneas irregulares de concesión ¿cuáles fueron las más perversas?
“Creo que la más perversa de todas fue la que la Conartel (Consejo Nacional de Radio y Televisión, hoy Conatel) llamó mecanismo de devolución – concesión, que permitía trasferir frecuencias pese a ser un bien público; el mecanismo permitía que, mediante una triangulación, se devuelvan frecuencias al Conartel pero obligándolo a entregarlo a un nuevo concesionario, que había dado un montón de plata (a veces más de un millón de dólares) al que devolvía. Eso es peculado, no tiene otro nombre”.

Con todo ello, el contralor Carlos Pólit dijo que el informe no es vinculante...
“Sí, pero ya le cuestionamos al contralor para que haga vinculante el informe de la Contraloría; pero lo que pasa es que cambiaron una palabrita del informe del primer borrador: reversión por revisión; al final ni se revertió ni se revisó nada”.

La entrevista termina y regresamos a la reflexión inicial. Finalmente los asistentes al foro manejan más elementos de juicio para entender el “por qué hijueputa” algunas Universidades Públicas no tienen una frecuencia de radio o televisión.


Entrevista publicada en EL TIEMPO

1 comentario:

Eddy Salinas Alba dijo...

Qué bien... excelente Profe.